Un fósil descubierto en Gran Bretaña ha dado por terminado el debate sobre si los primeros moluscos tenían caparazones o no. Ahora, gracias a los restos del Kulindroplax perissokomos, sabemos que efectivamente, primero desarrollaron caparazones y después, al evolucionar como moluscos lo perdieron para volverse formas más simples.

El pequeño fósil encontrado en el fondo del mar de la costa galesa de Gran Bretaña, provee la mejor evidencia hasta ahora de que los moluscos más simples como las babosas marinas, evolucionaron de una forma anatómica más compleja con caparazón, y no al revés.

Haber encontrado a este espécimen fortalece descubrimientos genéticos previos sobre el tema y ayuda a clarificar las relaciones evolutivas de los moluscos, una categoría muy amplia que incluye no sólo a los ostiones y mejillones, sino a las babosas, calamares y pulpos.

Según el doctor Derek E. G. Briggs, director del Yale Peabody Museo de Historia Natural y uno de los paleontólogos que estudiaron el nuevo fósil, la relación evolutiva de moluscos que se parecen a las lombrices, conocidos como Aplacophora, había permanecido como una interrogante, ya que se creía que eran el resultado de una explosión de biodiversidad durante la etapa temprana del periodo Cámbrico, pero ahora, gracias al nuevo descubrimiento, concluyen que evolucionaron hace 40 a 50 millones de años, perdiendo sus conchas, como los Kulindroplax.

Este fósil mide aproximadamente de 2 a 4 centímetros y es el primero perteneciente a un molusco que presenta siete conchas exteriores y válvulas que usaba para caminar, su cuerpo es parecido al de una lombriz y fue reconstruido de forma tridimensional gracias a diversas técnicas de imaginería electrónica.

Los investigadores encontraron el fósil del Kulindroplax hace más de 10 años en el depósito de fósiles de Herefordshire, donde se han encontrado una gran cantidad de especímenes de criaturas marinas antiquísimas que anduvieron por la Tierra hace más de 400 millones de años. El Kulindroplax fue hallado bajo un depósito de ceniza volcánica en el fondo del lecho marino.

A los científicos les sorprendió haber descubierto que los moluscos más simples derivaron de otros más complejos y no al revés, ya que la idea de la evolución es la contraria, lo cual pone a pensar a los investigadores en que a veces lo que parece más complejo no es lo más especializada ni el mejor ejemplo de la evolución.

 

Referencias:

 

Mark D. Sutton, Derek E. G. Briggs, David J. Siveter, Derek J. Siveter, Julia D. Sigwart. “A Silurian armoured aplacophoran and implications for molluscan phylogeny”. Nature.

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