La recién graduada de doctorado, Amy Monnington, hizo una contribución clave que ayudará a entender uno de los procesos más intrigantes de la naturaleza, la bioformación de magnetita, al observar el proceso de las bacterias magnetotácticas.

Desentrañar este mecanismo que se da en la naturaleza, abre la puerta a una oportunidad comercial, la de producir orgánicamente la magnetita y otro tipo de bioquímicos de una forma más sencilla, sin tener que extraerla a través de la minería, por lo que también sería un proceso más económico y que requeriría menos fuerza de trabajo.

Estos organismos poseen nanopartículas encapsuladas en una membrana, conocida como magnetosomas, los cuales permiten a la bacteria orientarse a lo largo de los campos magnéticos de la Tierra para migrar a ambientes más favorables.

Aunque se descubrió a las bacterias magnetotácticas en 1975, la producción de los cristales de magnetita en su interior permanece como un misterio.

Los magnetosomas contienen un compuesto de hierro y oxigeno, la magnetita, la cual también se encuentra en abejas, el salmón y la paloma, lo cual juega un papel muy importante en la navegación de estos animales. Ahora el Departamento de Química y Ciencias Biológicas de la Universidad de Huddersfield del Reino Unido, está trabajando en un proyecto para entender la formación de la magnetita en entes biológicos.

Amy Monnington recientemente presentó su artículo Understanding the biomineralisation of magnetite within magnetotactic bacteria, en una conferencia que tuvo lugar en la Universidad de Huddersfield, la cual reunió a un gran número de expertos globales en la simulación de las propiedades de líquidos y sólidos por computadora.

La recién egresada fue invitada a unirse a un proyecto de investigación de biomineralización después de presentar su trabajo.

La contribución de Amy es que descubrió el proceso de formación de los cristales de magnetita en este tipo de bacterias, un gran paso para entender este proceso, llamado de biomineralización.

Algunas de las aplicaciones para las nanopartículas de magnetita es en el campo de la medicina, ya que podrían usarse como agentes de contraste en las resonancia magnéticas y como trasportadoras de medicamentos para tratar tumores específicos.

“Sin embargo, aún falta mucho para desarrollar estas aplicaciones. Esto se debe a que los mecanismos de la biomineralización aún no son completamente entendidos, hasta el momento la producción de magnetita a escala industrial requiere mucho tiempo y es costoso, por eso estamos tratando de entender el proceso, para producir partículas de una manera más barata”, dijo Amy.

 

Referencias:

 

“Researcher aims to understand one of nature’s strangest secrets”. University of Huddersfield.

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