Claudia Peralta Vázquez
Xalapa, Ver.- Desde el punto de vista de Leticia Reina, autora del libro Cultura política y formas de representación indígena en México, siglo XIX, en la actualidad las comunidades indígenas tienen una mayor participación y conciencia en los comicios electorales, debido a que la sobrevivencia de sus pueblos está en juego.
Durante la presentación de su obra, mencionó que en este siglo los líderes indígenas han buscado sobresalir y cursar estudios universitarios, lo cual les permite tener otra visión, defender sus derechos e involucrarse en actividades político-electorales.
Comentó que en la época porfiriana se desdibujaron las rebeliones campesinas encabezadas por actores sociales, incluso hubo una paz relativa debido a que el caudillo de México fortaleció todas sus instancias de represión.
“Me parece que en ese periodo los líderes dejaron a un lado la bandera del problema agrario porque las condiciones no lo permitían, se cerraron todas las instancias de expresión que transformaron su lucha agraria, por la tierra y por los recursos naturales.”
La investigadora de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), puntualizó que la lucha campesina e indígena cobró otro rostro: la de los comicios.
Lo anterior, en el afán por defender a sus representantes políticos o al presidente municipal ante las instancias del sistema político nacional.
“Esta transformación de la lucha agraria hacia la electoral, fue con la esperanza de tener un nuevo representante y voz del pueblo, para continuar en la defensa de sus recursos naturales.”
Al hablar del libro, precisó que fue en 1984 cuando surgió la inquietud por realizarlo, a partir de los hechos ocurridos en Juchitán, Oaxaca, primer municipio del país donde ganó las elecciones un partido de izquierda.
Ricardo Corzo Ramírez, investigador del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la UV, destacó que la obra plasma un andamiaje de principios del siglo XIX, el afianzamiento del liberalismo, cómo se hace una sociedad de desiguales a iguales y la reglamentación para ejercer el voto, el sufragio y la constitución de las distintas instancias de poder de la República, una vez que es expulsada y anulada la aspiración de la monarquía.
Detalló que la escritora brinda una mayor atención al Porfiriato, ya que tuvo acceso al archivo del ex presidente de México. También hace un estudio del comportamiento político –de esa época– en los estados de Oaxaca, Puebla, México y Veracruz, desde el punto de vista de la historiografía.
Tras exhortar a los asistentes a leer el libro, Corzo Ramírez resaltó el empleo de gráficas temporales en las cuales se aprecian las coyunturas que desgastan al sistema político de Porfirio Díaz.
Por su parte, Carlos Casas Mendoza, investigador del Instituto de Antropología, aseveró que la obra se inscribe dentro de la amplia y rica tradición historiográfica mexicana, que a la vez que desmitifica y quiebra interpretaciones tradicionales sobre nuestra historia, es capaz de hacerlo señalando ámbitos poco trabajados.
Si el tema de la conformación de las preferencias electorales y las formas del voto en el México del siglo XIX es un campo con muchos vacíos, el ámbito de las formas de construcción de estos procesos en las comunidades indígenas es aún más explorable, refirió.
Lo anterior ha dado pie a la elaboración de muchas propuestas comunes sobre el papel de los indígenas en las formas de construcción de los sistemas formales de la democracia mexicana.
En el horizonte contemporáneo, hemos dibujado de ellos una imagen atravesada por la visión donde siempre aparecen como sujetos a la manipulación política.
“Obviamente ésta es una visión sesgada y estereotipada, porque prevalece en buena parte del imaginario nacional sobre las sociedades indígenas.”
Por último, Tania Hernández Vicencio, investigadora en la Dirección de Estudios Históricos del INAH, expuso que en este estudio de 300 páginas se muestran las dificultades para construir ciudadanía en México y para reproducir un marco más integrativo de convivencia social.
Se trata, dijo, del análisis de un tema y aspiración política aún vigente, pero con la profundidad histórica y densidad antropológica necesaria.