El programa de divulgación “Sábados en la Ciencia” iniciará un nuevo ciclo el próximo 25 de enero a las 11:00 horas en el Museo de Antropología de Xalapa (MAX), con el taller “Salvemos juntos a las sirenas de los humedales” y la charla “Alvarado: protegiendo al manatí”, a cargo de Blanca Elizabeth Cortina Julio, académica del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB) de la Universidad Veracruzana (UV).
Organizado por la UV a través de la Dirección de Investigaciones, en coordinación con la Academia Mexicana de Ciencias, A.C., el programa está dirigido a los niños y sus papás, con entrada libre para todo público.
La investigadora Blanca Cortina hablará del manatí, un mamífero marino que respira aire a través de sus pulmones, amamanta a sus crías con leche producida en las glándulas mamarias de la madre y tiene pelo.
Entre otras cosas, explicará que es el único mamífero marino herbívoro, lo que quiere decir que come plantas acuáticas como mangle, pastos marinos, algas y lirios, por lo que también se le conoce como vaca marina.
Desde 1999 la UV, a través del IIB y el Área Académica Biológico-Agropecuaria, realiza tareas de educación, rescate, protección y actualmente rehabilitación del manatí en el Sistema Lagunar de Alvarado, logrando un cambio en las personas de la región hacia la protección y conservación de esta especie y su hábitat natural.
El IIB, a través de los académicos Blanca Cortina Julio y Enrique Portilla Ochoa, ha tenido a su cargo por más de 18 años proyectos como “Educación ambiental y planeación participativa para la conservación del manatí en el Sistema Lagunar de Alvarado, Veracruz, México”.
También existe una campaña permanente de educación y difusión para la conservación del manatí con la participación de las cooperativas pesqueras: Mujeres Experimentando, Laguna La Flota y La Mujer Costeña, S.C. de R.L.; además del establecimiento de un centro de reincorporación para manatíes (Trichechus manatus manatus) en el Humedal de Alvarado, Veracruz, donde se contó con el apoyo de Domingo Canales Espinosa.
Cabe mencionar la gran participación y colaboración de estudiantes, de los académicos Antonio Maruri García y Fabián Vanoye Lara, de las facultades de Biología y Medicina Veterinaria y Zootecnia, respectivamente; así como también de otras comunidades del Humedal de Alvarado.
A través de los proyectos exitosos impulsados por los universitarios, ha disminución de la cacería de la especie en esta región y el cambio de actitud de la gente en cuanto a la protección del manatí.
Durante años se ha contado con la participación de la Secretaría de Medio Ambiente, Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Materiales y el H. Ayuntamiento de Alvarado y con la colaboración de los miembros del Subcomité Nacional para la Conservación, Recuperación y Manejo del Manatí.
Una especie en peligro de extinción
El manatí tiene una aleta al final de su cuerpo en forma de paleta o cuchara aplanada que le proporciona el impulso permitiendo desplazarse en el agua con gran facilidad. Aunque tiene pelos en algunas partes de su cuerpo, éstos se encuentran distribuidos y es solamente en su hocico donde presenta una gran cantidad de bigotes gruesos.
También tienen dos aletas o brazos cortos en la parte anterior de su cuerpo que presentan tres uñas. Con sus aletas pueden conducir su cuerpo al nadar y sujetar su alimento. Su piel es rugosa y de color gris, aunque por lo regular se le puede ver un color verde por las algas que se le pegan a su cuerpo.
El manatí es una especie muy importante porque es un reciclador de nutrientes: lo que come y todo lo que desecha ayuda a que haya más nutrientes en el lugar donde vive. Además, estimulan el crecimiento de varias plantas acuáticas y de otros animales.
Estos mamíferos viven en aguas tropicales y subtropicales poco profundas: lagunas, ríos, bahías, estuarios y cenotes. Un manatí recién nacido mide de 90 a 100 centímetros y cuando ya es adulto puede llegar a medir hasta tres metros y pesar de 500 a mil kilogramos.
Para tener un bebé, la mamá tiene un embarazo de 12 meses. Los bebés o críos toman leche durante uno o dos años y viven cerca de sus madres de dos a cinco años.
Aunque es una especie longeva -puede llegar a vivir cerca de 60 años-, está en peligro de extinción. Su captura es ilegal y las principales amenazas que enfrentan son: la contaminación, la destrucción de sus hábitats costeros y lagunares, los golpes que pueden llegar a recibir por embarcaciones y barcazas, la muerte por redes de pesca, la cacería, entre las principales.
Afortunadamente cualquier persona puede ayudar a evitar que se extinga con acciones muy sencillas, por ejemplo, no tirando basura en las lagunas, ríos, en el mar o en los cenotes.
Si se vive cerca de estos lugares, se puede organizar recolección de basura, difundir información acerca del manatí, así como participar en las actividades de educación ambiental y compartirlas con la familia y amigos.
Además no comprar o consumir carne o cualquier derivado del manatí; organizar en la localidad donde uno vives un evento para celebrar el Día Nacional del Manatí cada 7 de septiembre.