En la víspera del Día Mundial de los Océanos, que se conmemorará este 8 de junio, el secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-Moon llamó a “hacer más por los océanos de nuestro planeta, que sufren la amenaza de la contaminación, el agotamiento de los recursos pesqueros, los efectos del cambio climático y el deterioro del medio marino”.
En ese sentido se congratuló de que la protección de los océanos y las costas del mundo es uno de los objetivos fundamentales de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, que se inaugurará en Río de Janeiro el 20 de junio.
“La Convención contribuye a este objetivo con sus disposiciones, que abarcan la preservación del medio marino, la investigación científica marina y la transferencia de tecnología marina”, puntualizó.
Río+20 ha de movilizar a las Naciones Unidas, los gobiernos y otros asociados para mejorar la ordenación y la conservación de los océanos a través de iniciativas encaminadas a frenar la pesca excesiva, mejorar la protección del medio marino y reducir la contaminación de los océanos y los efectos del cambio climático.
Mencionó que este año el Día Mundial de los Océanos coincide con el trigésimo aniversario de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, la cual, cuando se firmó el 10 de diciembre de 1982, se presentó acertadamente como una «constitución para los océanos», como producto de la negociación entre más de 150 Estados.
El Día Mundial de los Océanos fue creado el 8 de junio del año 1992 durante la Cumbre de la Tierra, coincidentemente, en Río de Janeiro.
La ONU considera esta fecha como una oportunidad para rendir tributo a todos los océanos y motivar la movilización internacional en su defensa.
Los océanos cubren el 71% de la superficie de la tierra y son fundamentales para el funcionamiento del planeta.
Constantemente los mares se enfrentan a diversos y graves peligros causados por la actividad del ser humano, entre los que se encuentran: la sobreexplotación de sus recursos naturales, la destrucción y modificación de sus hábitats y la contaminación de sus aguas y sus habitantes.
Tomando en cuenta el daño que estas actividades ocasionan al ecosistema, resulta imperante concienciar a nivel mundial sobre esta situación, a fin de evitar la destrucción de este recurso natural imprescindible, como lo es el agua.
Los océanos actúan como pulmones del plantea. Proporcionan la mayor parte del oxígeno que respiramos. También son fuente de alimento y medicinas y parte fundamental de la biosfera.
La “economía azul” del océano es eje central de nuestras vidas: los productos del mar son la principal fuente de proteínas para al menos una de cada cuatro personas en le mundo. Los recursos costeros y marinos y las industrias relacionadas representan más del 5% del PIB mundial.
El 90% del comercio mundial se efectúa por vía marítima. Gracias a los avances tecnológicos, las actividades económicas, tanto en zonas costeras como en alta mar, se están diversificando e intensificando cada vez más.
Aun así, nuestros océanos y sus recursos se deterioran y agotan debido a la presión, cada vez mayor, a la que están sometidos, causada principalmente por la contaminación y la sobreexplotación. Si la situación actual no cambia, la acidez de los océanos aumentará en un 150% de aquí a 2100 debido a las emisiones de CO2. Toda la cadena alimentaria quedará en peligro, al igual que ecosistemas claves como los arrecifes de coral. Para asegurar la calidad de vida que proporcionan los océanos a la humanidad y mantener la integridad de los ecosistemas marinos, tenemos que cambiar nuestra visión, gestión y uso de los recursos marinos y de las zonas costeras.