La firma británica Oxitec inauguró hoy en Brasil la primera fábrica de mosquitos transgénicos, a fin de combatir el dengue y el virus chikungunya, dos males que se contagian a través de este insecto.

     La planta está ubicada en el municipio de Campinas (estado de Sao Paulo, sureste del país) y podrá producir hasta dos millones de mosquitos genéticamente modificados para que tengan crías no viables.

     Estas crías, una vez en libertad, deben ayudar a disminuir la población de la especie ‘»Aedes aegypti'», transmisora del dengue y del chikungunya.

     La técnica data de 2002 en Inglaterra, y consiste en inyectar dos genes en los huevos de los mosquitos: uno para crear una proteína que impide a los descendientes del mosquito la fase adulta en la naturaleza y otro para identificarlo bajo una luz específica con microscopio.

     En un comunicado, Oxitec aseguró que los mosquitos modificados, una vez en libertad, se cruzan con las hembras salvajes y dan lugar a crías no viables que mueren antes de llegar a la fase adulta, lo que reduce la población y ayuda a bajar la incidencia de dengue.

     La Comisión Técnica de Bioseguridad (CTNBio) aprobó el uso de la tecnología en abril tras pruebas realizadas en el estado de Bahía (noreste), que lograron abatir hasta 90 por ciento la población salvaje en las zonas en las que fueron empleados los insectos transgénicos

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