Con la llegada de Michelle Bachelet a la presidencia de la República de Chile, se vislumbran reformas importantes orientadas a la justicia social, en materia fiscal, educación, pensiones e incluso modificaciones a la constitución, de acuerdo con lo prometido durante su campaña, señaló el doctor José Luis León Manríquez, investigador de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El doctor en Ciencia Política por la Columbia University y maestro en Estudios Latinoamericanos por la UNAM mencionó que en política exterior no se esperan grandes cambios por parte del nuevo gobierno.
Recordó que en 2011 hubo una gran cantidad de movimientos estudiantiles que tuvo como principal demanda que la educación dejara de ser un bien privado para convertirse en un bien público, ya que en la actualidad estudiar en Chile “es muy caro porque incluso las instituciones públicas cobran colegiaturas difíciles de pagar para la mayor parte de la gente”, por lo que uno de los cambios importantes que se esperan es el ámbito del financiamiento a la educación superior.
En su campaña Bachelet prometió que la modificación a la Ley de Educación sería una de sus prioridades, “y parece que cuenta con una mayoría importante en el Congreso para hacerlo”, comentó el investigador del Departamento de Política y Cultura.
Otra reforma dirigida a conseguir mayor justicia social es la referente al tema del sistema de pensiones, que han sido manejadas por los bancos “de una manera precipitada o inescrupulosa”, por lo que la idea es introducir una mayor regulación para que esos fondos, que pertenecen a los trabajadores, sean administrados de una forma más adecuada en su beneficio.
Otro de los rubros en el que se prometieron y anunciaron cambios es el ámbito fiscal, para el cual será importante tener la mayoría en el congreso, ya que mediante esta reforma se pretende gravar las utilidades de las empresas y aumentarles el impuesto de 20 a 25 por ciento.
“Por supuesto”, las cámaras empresariales han expresado su oposición a esta medida, pero el gobierno tiene un sólido argumento al señalar que con dicho impuesto se va a financiar la educación universal y gratuita que ha prometido.
El académico de la UAM, quien se ha desempeñado por más de 15 años en el servicio exterior mexicano, dijo que “el gran cambio que se baraja” en Chile, luego del triunfo de Michelle Bachelet es el relativo a la Constitución, pues la que rige actualmente fue promulgada en 1980, todavía bajo la dictadura militar de Augusto Pinochet y que contiene algunas disposiciones “que no son congruentes con los fundamentos de una democracia plena”.
“La gran tarea” será tratar de convencer a una fracción centrista de la derecha para votar con la amplia mayoría de que dispone la izquierda y la centroizquierda para cambiar la constitución, expresó.
El doctor León Manríquez consideró que en materia de política internacional no se esperan cambios sustantivos y explicó que Chile ha tratado de ser un país con pertenencias múltiples y es, junto con México, el que más tratados de libre comercio tiene suscritos en el mundo.
A pesar de ser un país chico “ha practicado política de libre comercio y nadie espera que haya cambios en eso, ni en las leyes de inversión”; entonces seguramente “veremos el mantenimiento de los rasgos positivos del modelo exportador que ha generado un crecimiento económico en los últimos años, pero sí con una mayor preocupación por el crecimiento social”, sostuvo.
En su relación con América Latina, la próxima presidenta, “aún con este giro hacia la izquierda” va a seguir inscribiéndose dentro de una izquierda moderada porque ha demostrado ser una opción muy interesante para América Latina, por encima de la más radical.
En su vínculo con nuestro país existen “condiciones extraordinarias”, ya que desde que se reanudaron las relaciones diplomáticas entre los dos países, éstas “han sido cordiales y cercanas. Chile fue uno de los primeros países con el que México firmó un TLC y hay una cierta visión ideológica a través de los sucesivos gobiernos chilenos, en el sentido de que el libre comercio es provechoso para los dos países.