Ser mujer, de clase trabajadora y vivir en pareja son algunas de las variables que pueden determinar la salud según el país en que vivamos. En Europa, las mujeres que viven en países con políticas familiares tradicionales, como España, afirman tener mala salud en mayor proporción que los hombres.

Esta es la conclusión a la que llega el nuevo estudio del proyecto SOPHIE, que ha recopilado los datos de 26 países europeos, recogidos en la Encuesta Social Europea (European Social Survey) del año 2010.

España, un país de desigualdades

El estudio, publicado en la revista Social Science & Medicine, destaca que los países del sur de Europa (España, Grecia, Portugal y Chipre) presentan unas desigualdades más altas en la salud percibida entre mujeres y hombres que los países con políticas más igualitarias.

Un 38,6% de las mujeres de estos países manifiesta tener una mala salud frente al 30,2% de los hombres. En España, estas cifras aumentan hasta el 42,6% en mujeres y 32,5% en hombres.

Según explica la autora principal del estudio, Laia Palència, ‘»Los países del sur han desarrollado un modelo de solidaridad familiar basado en la división sexual del trabajo, donde la mujer es esencialmente quien cuida de la familia mientras tiene un papel secundario en el mercado laboral, y donde la provisión de servicios y el apoyo financiero por parte del estado son limitados”.

El caso opuesto lo ejemplifican los países nórdicos, ‘»donde hay una mayor participación del estado en el cuidado de las criaturas, personas mayores o dependientes a través de sus servicios, lo que hace que la mujer tenga menos carga familiar y un mayor compromiso laboral'», explica Palència.

Factores sociales que influyen en la salud

Se puede afirmar que las políticas que aplica cada país relacionadas con las familias afectan a la salud de sus ciudadanos. Los países con políticas que promueven una mayor participación de las mujeres en el mercado laboral y una redistribución equitativa en el cuidado familiar (países nórdicos), o, paradójicamente, aquellos en los que el mercado determina el acceso a los recursos (Suiza, Reino Unido e Irlanda), presentan una menor desigualdad entre mujeres y hombres en relación a la percepción de su salud.

Según los investigadores, la salud de la población depende de las condiciones de vida y trabajo de las personas. Las desigualdades en salud son evitables y pueden reducirse mediante políticas sanitarias y sociales.

‘»La aplicación de políticas que promueven la equidad entre mujeres y hombres, incluyendo las políticas familiares y la promoción de acceso al mercado laboral o la representación política por parte de las mujeres, puede incidir en la reducción de las desigualdades de género en salud'», concluye el equipo.

Para realizar este estudio se ha analizado la autovaloración de la salud de los ciudadanos europeos, mediante las preguntas ‘»¿Cómo es su salud en general? ¿Podría decir que es muy buena, buena, regular, mala o muy mala?'». Estudios previos han demostrado que esta pregunta refleja de forma global el estado de salud de las personas y puede relacionarse, por ejemplo, con el número de enfermedades crónicas que padecen.

Proyecto SOPHIE

Este estudio forma parte del proyecto SOPHIE, que tiene como objetivos principales identificar y evaluar los impactos de las políticas estructurales (sociales y económicas) en las desigualdades sociales en salud a nivel local y europeo; poniendo especial atención en la implicación de los diferentes colectivos sociales afectados. Es un proyecto cofinanciado por el 7 º Programa Marco de la Unión Europea.

Referencia bibliográfica:

Palència, L., Malmusi, D., De Moortel, D., Artazcoz, L., Backhans, M., Vanroelen, C., Borrell, C. ‘»The influence of gender equality policies on gender inequalities in health in Europe‘». Social Science & Medicine 2014, July 8

(SINC)

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