En el Museo Nacional de Antropología, Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), celebró la llegada del etnólogo Sergio Raúl Arroyo, de quien dijo, es un hombre comprometido con las tareas de difusión de la cultura, de nuestra historia y patrimonio, además de su protección.

El titular del Conaculta reconoció también la gestión de Alfonso de Maria y Campos en estos años al frente del INAH, y su esfuerzo para fortalecer a la institución con importantes logros.

Mencionó que en estos años se  tuvo la oportunidad de analizar lo importante del trabajo cultural y del papel que el INAH cumple en la tarea de preservación de una identidad nacional, además de su función como guardián en la historia de México.

«Sergio Raúl Arroyo es alguien  que ha dedicado su vida al INAH, es un hombre serio, honesto y convencido de la gran misión que maneja esta institución, teniendo la sensibilidad para hacer colaborar a todos en esta institución en un gran programa de trabajo».

Y agregó: «Sabemos cuáles son las tareas de todos los que laboran en el INAH para preservar y difundir el alma mexicana. Como funcionarios vamos participando y dejando con nuestros pequeños esfuerzos una huella en esta institución única en México que suma la colaboración de todos. Agradezco a los trabajadores, a los investigadores, a los antropólogos que son la base del instituto».

Sergio Raúl Arroyo comentó que entre las cosas que definen a nuestro país a lo largo del tiempo están los bienes culturales, siendo parte esencial del ser de los mexicanos en la geografía física y también imaginaria.

Afirmó que nuestro país es un ámbito dinámico que se reinventa a cada momento y el INAH nos ha acercado al conocimiento de la historia mexicana, con sus luces, sombras, turbulencia y contradicciones.

«Hoy regreso a mi casa, al sitio donde estudié y trabajé por más de 20 años, pero es una casa que ha cambiado, el INAH es un organismo que es uno de los fieles termómetros sociales de nuestro país».

Expresó que la idea misma de patrimonio es una cuestión cambiante que revela los deseos de cada época, por ello el INAH, por sus facultades bien definidas en la ley no puede ser un elemento decorativo, sino que todas sus herramientas deben ser medios de su labor.

«Entre nuestros objetivos se encuentran el reconocer y fortalecer a la investigación académica como el núcleo de la función pública del INAH en las ramas de la Antropología, la Historia y la Restauración, además de evaluar, analizar y fortalecer la organización territorial del instituto con la idea de que cumpla a cabalidad sus atribuciones».

Otras metas que mencionó fue la ampliación de las alianzas en lo relativo a la investigación, conservación y difusión de bienes culturales, vinculando al INAH con todos los sectores sociales, además de reafirmar su carácter emblemático como referente central de México en el exterior.

«También queremos emplear las nuevas tecnologías como posibilidad de una verdadera democratización de la información y el conocimiento, pero ante todo dar prioridad en las acciones, programas y proyectos a las líneas de trabajo vinculadas a la educación pública».

Y concluyó: «Debemos repensar al INAH, ni culto al pasado ni endiosamiento de lo nuevo. La historia de nuestro país es la que nos contaron nuestros padres, pero también la que se cuenta en el umbral de cada puerta. Tal vez nuestro instituto nos haya dado ya una respuesta al hilar el ayer y el ahora en un espacio común».

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