En México, del total de jóvenes que están en edad de cursar la educación superior sólo 30 por ciento tiene acceso a ella; la insuficiente inversión económica en la materia es uno de los principales factores del rezago, que a su vez merma la investigación científica, el desarrollo de tecnología e innovación, expresó Carlos Arámburo de la Hoz, coordinador de la Investigación Científica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Lo que sí puedo decir de manera contundente es que sin conocimiento no hay futuro”, aseguró en su visita al campus Xalapa de la Universidad Veracruzana, donde se sumó a los festejos por el vigésimo aniversario del Instituto de Neuroetología.

El académico de la UNAM expresó que todas las instituciones de educación superior juegan un papel muy importante, que es la formación del capital humano que requiere el país para fortalecerse. “Me parece que debe haber un compromiso muy claro de la sociedad y del Estado para fortalecer a las instituciones de educación superior, porque son el elemento clave para el desarrollo”, dijo.

Precisó que en México hay una población creciente, en la actualidad hay cerca de 114 millones de habitantes, y en el segmento demográfico de entre los 18 y 30 años –donde está la población que debería estar en formación profesional dentro de instituciones de educación superior– “la cobertura es de alrededor de 30 por ciento, es decir, todavía muy limitada”.

Aseveró que como país hay un reto enorme para impulsar la educación superior, y hace falta una decisión mucho más contundente para la creación de más universidades y centros de investigación.

La falta de educación a este sector de la población obedece a una mezcla de cosas, dijo: México es un país complejo, heterogéneo, con muchísimas necesidades, y entre ellas está la educación superior y la de una asimilación más grande de la generación de conocimientos tecnológicos y de innovación, papel que tiene la ciencia, y que en este país debe ser mucho mejor comprendida.

En ese sentido, señaló que hacen falta recursos económicos y administrarlos mejor. También es necesario articular mejor a las distintas instancias existentes del ámbito de la educación superior.

“Se requiere una revisión integral del sistema de educación superior, de ciencia e innovación, pero ciertamente uno de los aspectos es una mejor inversión.”

Por último, reiteró que tenemos una deuda histórica con la educación superior del país, “por un lado los científicos tenemos que transmitir el porqué de la necesidad de invertir en este rubro, pero la sociedad en su conjunto también, y los tomadores de decisiones ciertamente deben impulsar el sector”.

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