Para Robert Manson Hunter, investigador adscrito al Instituto de Ecología, A.C., y especialista en la problemática del agua derivada de la alta tasa de deforestación en el país, la administración en el suministro del líquido en Xalapa contiene muchos modelos pero pocos datos específicos, afirmó en el coloquio “Agua para tod@s siempre; los retos de la gestión del agua en la región de Xalapa”, realizado el 20 de mayo en las instalaciones de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información de la Universidad Veracruzana (UV).

En el evento también participaron Beatriz Torres Beristain, de la Dirección General de Investigaciones, y Ernesto Isunza, adscrito al Centro de Investigaciones y de Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) Golfo e integrante de la Iniciativa de Monitoreo Ciudadano del Agua y Saneamiento (IMCAS) Xalapa.

Robert Manson indicó que se trata de un problema que presenta muchos componentes que deben ser tomados en cuenta al tomar decisiones. Es importante, por ejemplo, integrar el concepto de los sistemas de distribución de agua con otras herramientas de políticas públicas enfocadas a la sustentabilidad.

Agregó que el concepto de los servicios ambientales en general, y los servicios hidrológicos en particular, muestran un gran potencial para ayudarnos a manejar los recursos de manera sostenible y eficiente. Es por eso que para Manson Hunter, la educación ambiental representa un reto cuando se trata de lograr su adecuada divulgación como un modelo simple aunque confiable.

Luego de ello, en su exposición “Indicadores de gestión de agua para la zona metropolitana de Xalapa”, Torres Beristain y Ernesto Isunza analizaron varias aristas de esta problemática. Una de ellas es la inexistencia de indicadores que permitan conocer por qué las autoridades cobran el suministro del agua en la forma como lo hacen.

Mientras en Xalapa el metro cúbico se tasa en aproximadamente 11 pesos (con variantes de acuerdo a la cantidad consumida), en lugares como Coahuila, que se ubica en una región por demás árida, el agua para el pueblo es considerablemente más barata, explicaron.

Aunado a ello, expusieron que no existe información al alcance del ciudadano que le permita saber qué es lo que se le cobra: ¿cuánto es por el traslado desde las cuencas, por su tratamiento, por la cloración, el entubamiento, la potabilidad?

Aquí, precisaron, se registra una notoria deficiencia en la claridad de la relación entre ciudadanía y servidores públicos, necesaria para conocer, evaluar y mejorar de forma decisiva la gestión del agua. El organismo operador debería estar comprometido a la transparentar su información, que no tiene por qué ser ni confidencial ni reservada.

Aunque la zona metropolitana de Xalapa cuenta con la mejor cobertura de agua entubada entre las ocho zonas más importantes de la entidad veracruzana, sólo 60 por ciento de la población recibe el suministro diariamente. El resto debe sufrir las consecuencias de un tandeo que puede ser de varios días a la semana.

Otro renglón importante ha sido el del tratamiento de las aguas residuales, que registra recientemente un alza en el volumen tratado.

Tras dicho análisis concluyeron que la transparencia implica un diálogo razonado entre sociedad y gobierno, que debe haber una amplia comunicación en torno de gestión y resultados, que la toma de decisiones debe ser debidamente razonada, al tiempo que reclamamaron una rendición de cuenta que implique el reconocimiento de responsabilidades.

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