Si bien México es considerado uno de los países líderes en producción de papaya, a menudo sus cosechas se ven afectadas por el virus de la mancha anular, el cual deja marcas en forma de anillo en la cáscara y ocasiona ablandamientos en algunas zonas, donde se concentran hongos que la echan a perder. Por ello, un equipo del Cinvestav, unidad Irapuato, diseñó un método capaz de identificar los patógenos en tan sólo un día para evitar que se propaguen a todo el cultivo.
El sistema desarrollado por la doctora Laura Silva Rosales y su equipo, adscritos al Laboratorio de Interacciones Planta Virus, está compuesto por unos tubos de plástico provistos de reactivos, denominados cartuchos de detección. Sólo es necesario depositar en ellos una muestra de hoja de la planta para determinar, en un día, si está infectada por uno o dos de los virus que suelen atacarla.
Uno de los principales patógenos es el PRSV o virus de la mancha anular de la papaya, aunque la producción nacional también se ve afectada por PapMV o virus de mosaico, que produce deformaciones o lesiones en las hojas.
La doctora Silva Rosales refiere que la problemática viral no sólo afecta a México, sino a todos los países donde se siembra papaya.
“Algunas infecciones pasan desapercibidas, pero si sube la temperatura y, al mismo tiempo, existe una combinación precisa de cepas virales con genes de la planta, ésta sufre necrosis”.
Asimismo, agrega que el cartucho que han desarrollado es para uso exclusivo de laboratorio, lo que implica la toma de muestras con su respectivo traslado, y esto no siempre resulta práctico para los productores. De ahí que Silva Rosales y su equipo estén trabajando en un dispositivo para campo que dé resultados en una hora.
“Todavía se encuentra en fase experimental, y aunque en las primeras pruebas ha demostrado ser efectivo, hasta el momento brinda los resultados en dos horas”, afirma.
Con este kit, el productor sólo tendría que macerar una hoja de la planta, colocarla en el cartucho, agregarle una sustancia reactiva y esperar los resultados. Estos, ya seas negativos o positivos a uno o ambos virus, tomará un color específico, según el caso.
Aunque algunos productores de papaya mexicanos disponen de cuadrillas de expertos capaces de identificar de manera visual los virus, requieren de un respaldo científico y pruebas de laboratorio que les permitan conocer qué plantas están infectadas. “La detección visual puede tener un margen de error hasta del 20 por ciento”, señala la investigadora.
El cultivo de la papaya es considerado de gran importancia en México debido a que más del 80 por ciento de la producción se exporta a Estados Unidos y, de acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Fitosanitaria (AMIFAC), las exportaciones podrían repuntar aEuropa y Asia durante 2014.
De ahí que el fruto deba cumplir con las exigencias fitosanitarias de otros países, donde lo más importante es que se encuentre libre de microorganismos y su apariencia sea adecuada, es decir, sin manchas, hendiduras o ablandamientos.