Robyn E. Hudson, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), disertó sobre “La importancia de tener hermanos”, en el marco del vigésimo aniversario del Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana (UV). En su ponencia detalló los costos y beneficios de tener hermanos, de acuerdo con un estudio realizado en conejos europeos.
La científica inició con dos proposiciones generales: La primera fue una cuestión fundamental en la ciencia biomédica, ¿dónde se enmarca la naturaleza y el origen de las diferencias individuales?; y la segunda, más específica, fue en referencia a la relación entre hermanos mamíferos, si esto incide en el desarrollo de las diferencias individuales y contribuyen a ello desde el inicio de la vida.
Como todo el mundo sabe, continuó, tener hermanos “es una bendición”, ya que los hermanos se ayudan unos a otros, incluso si comparten el espacio del patio escolar, se ayudan mutuamente y se rescatan; por otro lado, muchos de ellos no quisieran estar en esta posición de tener hermanos y la relación entre ellos es “muy compleja” y está llena de costos y beneficios; se ha visto que esto mismo sucede en modelos de animales mamíferos.
Aclaró que muy pocos trabajos se han dedicado a estudiar mamíferos, desde esta perspectiva. Rememoró que hace 20 años, con la fundación del Instituto de Neuroetología de la UV, fue invitada a dar clases a los estudiantes de maestría y durante la discusión de una de esas clases surgió el interés en el desarrollo de mamíferos jóvenes y cuál es el rol de competencia entre ellos.
“Lo que resultó rápidamente de esto fue que muchos de mis estudiantes, y posteriormente estudiantes de mis estudiantes del programa de Neuroetología, se fueron involucrando cada vez más en esta área de investigación, es así que la influencia de los trabajos acerca de los hermanos en modelos animales mamíferos, en este caso conejos, ha crecido.”
Añadió que existen muchas razones entendibles para explicar por qué el estudio de los hermanos ha sido tan dispar; una de ellas, por ejemplo, es que muchos mamíferos se esconden en nidos o bajo la tierra y son difíciles de observar; otro problema es el hecho de que muchas madres mamíferas muestran una gran actitud defensiva y de ataque al sentir amenazado su espacio.
Sin embargo, un mamífero idóneo para este tipo de investigación, “que fue descubierto como un elemento perfecto para este estudio hace 20 años dentro del Instituto de Neuroetología”, es el conejo europeo; mismo que ha sido sumamente estudiado y, por consecuencia, hay mucha información acerca de su biología y su comportamiento.
Con este tipo de mamíferos, se ha visto que un factor determinante entre las crías –hermanas y hermanos– es la competencia por un recurso esencial de su alimentación posnatal: la leche.
En otro estudio, se ha encontrado de forma persistente que los conejos más pequeños tienen problemas para mantener el equilibrio, “bajo esta idea se puede inferir que los conejos más grandes son, probablemente, más aptos en el equilibrio”.
Añadió, que existe otro aspecto en el que los bebés conejos tienen que competir, y es el hecho de que en ausencia del cuidado materno, tienen que luchar por mantener el calor del nido, en este caso se ha detectado que los mamíferos cuentan con recursos fisiológicos para ello.
“Después de 20 años de trabajo creo de suma importancia destacar los grandes avances que se han logrado en estudios sobre el comportamiento de los mamíferos, estudios que han crecido gracias a la cooperación íntima entre diversos institutos de investigación, de entre los que destaca el de Neuroetología de la UV.”
Hudson aclaró, en referencia a los seres humanos: “Todavía falta una serie de estudios. En parte es una tendencia moderna de sociedades occidentales –tener sólo un hijo–, yo creo que es un tema importante de la biología del desarrollo investigar las consecuencias de ser hijo único”.
Pero, al tener como referencia los estudios realizados en conejos, dijo que los beneficios de tener hermanos son la termorregulación, el desarrollo motor, la competitividad social y la contribución a la personalidad.
Aclaró que una posible consecuencia de ser hijo único es que no tienen las mismas habilidades sociales, al no tener la posibilidad de experimentar competencia y cooperación.
Finalmente, la científica de la UNAM puntualizó la importancia de los estudios sobre las individualidades y, en particular, lo “fascinante que puede llegar a ser para muchos estudiosos la perspectiva de estos trabajos si se enfocan en el comportamiento entre hermanos”.