Al margen de su educación y de su cultura, todos los seres humanos comparten la capacidad de evaluar probabilidades, según los resultados de una investigación en la que han participado dos grupos de adultos mayas sin escolarizar de zonas rurales de Guatemala.

Su rendimiento en pruebas que requieren la predicción de un resultado en una situación aleatoria es comparable a la de los niños que van a escuelas mayas y a escuelas occidentales e indica que la mente humana tiene una habilidad básica para evaluar probabilidades.

“La existencia de esta capacidad en individuos que no tienen una educación formal muestra que todos los humanos comparten un sentido de la probabilidad, igual que comparten un sentido del número”, declara Vittorio Girotto, del Centro para la Investigación Experimental en Gestión y Economía de la Universidad Iuav de Venecia, en Italia, responsable de este trabajo que hoy recoge la revista Proceedings of the National Academy of Sciences ofthe United States of America (PNAS).

Este hallazgo indica que la capacidad de evaluar probabilidades no depende de la escolarización ni de la cultura, sino que “surge espontáneamente en el curso del desarrollo cognitivo” y, según el científico italiano, “es probable que otorgue ventajas adaptativas”.

Una de las investigadoras de su grupo, Laura Fontanari, pasó un año en Guatemala y contactó con profesores del programa nacional de alfabetización, que ayudaron a reclutar a los participantes. Por eso, los experimentos se llevaron a cabo con población maya.

Un ejemplo de estas pruebas sirve para ilustrar esta investigación. A un individuo se le presentan dos cajas y sabe que si saca una ficha roja de una de ellas, obtendrá un premio. La caja de la izquierda contiene una proporción más grande pero un número total inferior de fichas ganadoras, por ejemplo, 9 rojas de un total de 12, frente a 12 rojas de un total de 48 en la caja de la derecha. Al no tener nociones de matemáticas, no puede hacer una evaluación precisa de la cantidad de fichas y mucho menos de la proporción de fichas ganadoras en las dos cajas. Sin embargo, posee un sentido de la probabilidad que le hace elegir la caja de la izquierda, ya que le ofrece más posibilidades de ganar.

“Esto es lo que hicieron los individuos mayas, demostraron que son capaces de predecir la ocurrencia de resultados aleatorios”, afirma  Vittorio Girotto.

Para este especialista, las conclusiones de su investigación sugieren la conveniencia de introducir cambios en los planes educativos.

Cambios en la enseñanza

 “En los países occidentales, los niños se forman en probabilidad y combinatoria hacia el final de la escuela primaria”, comenta, “pero si los que están en edad preescolar y los adultos no alfabetizados tienen sentido de la probabilidad, los niños podrían aprender estas materias en una fase temprana de escolarización, justo cuando empiezan a dar aritmética”.

Los estudios de la Universidad Iuav de Venecia en Guatemala son los primeros que indagan sobre la capacidad de los individuos sin escolarizar de razonar sobre eventos inciertos. A partir de ahora, “tenemos la intención de probar esta capacidad en otros grupos indígenas, tanto en adultos como en niños, de América Latina”, apunta el investigador.

Referencia bibliográfica

Laura Fontanari, Michel Gonzalez, Giorgio Vallortigara, and Vittorio Girotto. Probabilistic cognition in two indigenous Mayan groups. PNAS, 2014.

(SINC)

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