En Estados Unidos desde 2012 se han registrado rebrotes de sarampión, virus que se había clasificado como erradicado en el año 2000. El hecho se atribuye al movimiento antivacunas en aquel país, el cual podría fortificarse con la llegada de Donald Trump a la presidencia, quien ha expresado sus dudas sobre las políticas de vacunación, por lo que pidió a Robert Kennedy Jr., activista antivacunas, conformar una comisión gubernamental que evalúe la seguridad de las campañas de inmunización.
El mensaje del presidente estadounidense resulta una señal preocupante, dijo Rosa María del Ángel Núñez, investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), pues se pone en riesgo la salud de millones de estadounidenses y recomienda que para hacer frente a esa desinformación y evitar que tenga repercusiones en México es necesario reforzar las campañas nacionales de información.
Las campañas de las Semanas Nacionales de Salud se refuerzan con la obligatoriedad de entregar la cartilla de vacunación cuando se va a inscribir a los niños en la escuela, modalidad que de “alguna manera nos hace inmunes a una serie de enfermedades, así como a los rebrotes de sarampión y paperas registrados en Estados Unidos (en 2014 y 2015 se reportaron 23 rebrotes de sarampión con más de 600 infectados en aquel país)”, comentó la doctora del departamento de Infectómica y Patogénesis.
Los detractores de las vacunas, corriente con un fuerte arraigo en países anglosajones, quizá olvidan que los virus pueden ocasionar graves daños a la salud e incluso la muerte, dijo la investigadora y agregó que por muchos años ha habido gente que ha generado inmunidad a paperas, sarampión, viruela… sin embargo, también han causado letalidad y problemas secundarios como sordera, malformación o muerte en las personas contagiadas.
La integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) recordó que la “poliomielitis puede generar una parálisis muy seria incluso la muerte de niños menores de cinco años; la rubeola puede ocasionar malformaciones congénitas, las paperas pueden dejar estéril a la persona al igual que el sarampión. La inmunización natural sí genera protección, pero con efectos colaterales. De ahí la importancia de seguir vacunando a la población y hacer ver a las personas la importancia de estas”.
Aunque en el país no se cuenta con indicios de un movimiento antivacunas como tal, la recomendación es siempre estar alertas, ya que las consecuencias de no aplicar estas preparaciones biológicas pueden ser fatales, un ejemplo de ello es la viruela, infección viral considerada erradicada en el mundo desde 1977. Basta recordar que en México y en el continente americano, la Conquista se logró principalmente al efecto de la viruela, la cual causó el 70% de letalidad en la población nativa.
El sistema inmune de un organismo vacunado queda protegido cuando entra en contacto con pedazos del virus o proteínas de la superficie de estos. “Es muy importante que para que se haga una respuesta contra el patógeno haya suficientes cantidades dentro del organismo, porque si se tienen tres partículas del patógeno, difícilmente el organismo lo reconoce. Pero si recibe cien o mil partículas virales el sistema inmune lo reconocerá a través de sus linfocitos T y B”.
Los grupos antivacunas argumentan que las suspensiones contienen conservadores, metales, ocasionan autismo o esterilidad; sin embargo, del Ángel Núñez indicó que estas ideas y acusaciones son falsas. “Se relacionaba la aplicación de la vacuna triple sarampión-paperas-rubéola (MMR) con el autismo, pero desde 2011 se refutó esa información luego de comprobarse que el autor del artículo publicado en The Lancet, Andrew Wakefield, utilizó datos falsos”.
Los efectos secundarios de una vacuna suelen ser temporales como dolor e hinchazón en la zona donde se administró, incluso fiebre, esto se debe, de acuerdo con la integrante de la AMC, a que las vacunas atenuadas contienen una versión del agente infeccioso que han sido debilitados en el laboratorio para que no puedan causar la enfermedad y en ocasiones generan síntomas parecidos a los que ocasiona el virus silvestre.