La alimentación de unos animales tan pequeños como las musarañas de dientes rojos (Beremendia fissidens) es un tema que actualmente genera algunas controversias entre los paleontólogos especializados. Tradicionalmente, se las ha considerado como grandes consumidoras de insectos, pero dado su peso algunos expertos han pensado que también necesitarían capturar pequeños mamíferos para mantener su elevada tasa metabólica, como hace su pariente más cercana, la musaraña cola corta septentrional.
En todo este debate, el estudio de un húmero de topo (Talpa cf. europaea) con seis depresiones, encontrado al nivel TE9 de la Sima del Elefante (Sierra de Atapuerca) y con una antigüedad de sobre 1\’2 millones de años, ha demostrado que fue consumida por una musaraña roja. \’Debemos tener en cuenta que estas alteraciones no son muy comunes en los pequeños mamíferos.
Hasta ahora, no se conocen fósiles de micromamíferos que conserven una alteración con una morfología tan clara y delimitada que se pueda relacionar con un mordisco y que permita su estudio\’, apunta María Bennàsar, colaboradora del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) y firmante principal del artículo publicado en elHistorical Biology, que recoge esta investigación.
En el trabajo también han participado otros miembros de este centro de investigación como Isa Cáceres, Rosa Huguet y Hugo A. Blain, así como otros miembros del Equipo de Investigación de Atapuerca, caso de Gloria Cuenca y Juan Rofes.
Maria Bennasar ha destacado que la investigación efectuada \’evidencia que la musaraña de dientes rojos es la autora del mordisco sobre el húmero de topo. Esto sugiere que tenía la capacidad de capturar presas mayores que ella misma, aunque no poseía rasgos morfológicos especializados en el consumo de pequeños mamíferos\’.