“Mi droga es la música” afirma el artista plástico Urs Jaeggi, quien a través de su exposición De paraísos artificiales y de infiernos reivindica el poder creativo de los narcóticos y reprueba su actual forma de mercantilización, que solapada por la corrupción, provoca climas de violencia.

 

La muestra, a inaugurarse el jueves 21 de febrero, a las 19:00 horas, en la Casa de la Primera Imprenta de América de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), está compuesta por pintura, dibujo e instalación realizados en estado de éxtasis inducido por el jazz (los paraísos artificiales), y por una serie de piezas que alude al consumo abusivo de las drogas y las redes de narcotráfico internacional (el infierno).

 

El creador suizo argumenta que la adicción a los estupefacientes responde a la necesidad de los hombres y las mujeres de escapar o evadirse de la alienación de las sociedades actuales. Los individuos se ven obligados a “venderse, integrándose a un sistema orientado a obtener ganancias a cualquier costo, centrado en la explotación y la expulsión; para encontrar alivio utilizan las drogas”.

 

Al mismo tiempo la prohibición de la venta y la criminalización de los consumidores abren paso a un mercado negro integrado por empresarios delincuentes, productores y distribuidores clandestinos y autoridades corruptas; cuyo combate ha desatado guerras sangrientas e infructuosas en países como México, Colombia y Afganistán.

 

En este panorama, está muy lejos del uso que daban las culturas primigenias a las drogas naturales, cuyo consumo estaba destinado a alcanzar estados de éxtasis en ceremonias y rituales que posibilitaran el contacto con las entidades sagradas y el refuerzo de los lazos comunitarios. 

 

Como parte de su propuesta estética Urs Jaeggi propone liberar poco a poco la venta de drogas; organizar su producción y distribución en cooperativas reguladas por el estado que permitan anular la injerencia de los cárteles; e inocular el arte en las sociedades como un narcótico sano que emule la función religiosa de los pueblos antiguos.

 

Habría que imaginar a “artistas, músicos, bailarines, teatreros, psicólogos, trabajadores sociales, en colaboración directa con los ciudadanos, trabajando en la creatividad que libera en todos los espacios posibles: escuelas, centros culturales, talleres, universidades, parques, calles”, comparte el expositor.

 

Esta acción tendría una doble función: emancipar a los hombres y mujeres encerrados en las monótonas y nocivas rutinas actuales; y acercar el arte a sectores amplios de la población, terminando con la concepción elitista del arte contemporáneo.

 

Los mejores argumentos de Urs Jaeggi son las piezas que diseñó ex profeso para la Casa de la Primera Imprenta de América que incluyen pintura mural improvisada con música y dibujos sobre papel realizados in situ; una instalación de fotografías y documentos que evoca el espacio público violento del México actual; un espacio íntimo, una habitación testigo del consumo de drogas, la cual está rematada con una colaboración audiovisual de Maj Jensen; entre otras atmósferas.

 

Urs Jaeggi es un artista plástico suizo nacido en 1931, reside en Berlín desde 1972 con estancias constantes en México desde 1996.  Fue académico de ciencias sociales en Suiza, Alemania y Estados Unidos durante 30 años. Ha presentado más de 40 exposiciones individuales en Alemania, México, Austria, Suiza, Hungría, la República Checa, Chipre, Macedonia, Estados Unidos e Italia.

 

De paraísos artificiales y de infiernos estará abierta hasta el 30 de abril de 2013. De lunes a viernes de 10:00 a 18:00 horas; sábados de 10:00 a 15:00 horas, en Casa de la Primera Imprenta de América de la UAM, Lic. Primo de Verdad número 10, esquina con Moneda, Centro Histórico, 5522-1535, 5522-1675.

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