Si este libro hablara contaría que fue publicado en 1419, en Sevilla, España. Diría que contiene los Cinco libros de Séneca, cuya traducción se atribuye a Alfonso de Cartagena (1384-1456), intelectual que llegó a ser obispo de Burgos, cuyo esfuerzo por acercar la filosofía del pensador cordobés a sus contemporáneos es preservado también en la Universidad Veracruzana (UV).

         Relataría que un año antes de la llegada de Cristóbal Colón al continente que se llamaría América, la obra del pensador romano que fue obligado a suicidarse advierte: “Busquemos algo que sea bueno, no en la apariencia, sino sólido y macizo, y en la parte interior hermoso. Alcancémoslo, que no está muy lejos, y con facilidad lo hallarás si atendieres a la parte a que has de extender la mano”.

         También compartiría que es posible conocer estos pensamientos gracias al área de Colecciones Especiales que se encuentra al interior de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) del campus Xalapa, donde este volumen y otros más, provenientes de imprentas semejantes a la creada por Gutenberg en 1453, reposan y son cuidados por un equipo especializado de historiadores egresados de la misma UV que tienen también bajo su responsabilidad preservar los archivos notariales de las ciudades de Xalapa, Córdoba y Orizaba que datan del siglo XVI hasta el XX.

En general, los documentos en el área de Colecciones Especiales están categorizados en archivos notariales, fondo antiguo, publicaciones periódicas antiguas y archivo personal de Juan de la Cabada, explicó Mateo García Ruiz, auxiliar de biblioteca de las Colecciones Especiales y de servicio al usuario: “Somos de la UV y nos gustaría que viniera más gente para que conociera lo que tenemos, que es muy rico en cultura”.

García Ruiz lleva más de 20 años trabajando para la institución y 14 de ellos asignado a este particular espacio de la USBI que se encuentra protegido de la humedad y resguarda más de 10 mil volúmenes, los más antiguos en una bóveda especial que aloja los llamados “incunables”, término que deriva de la palabra cuna y se aplica a los primeros ejemplares que surgieron de la imprenta de tipos fijos inventada por Gutenberg.

“Ando buscando con cuidado alguna cosa que yo juzgue ser buena para el uso y no para la ostentación; porque éstas que se miran con cuidado y nos hacen detener mostrándolas los unos a los otros con admiración, aunque en lo exterior tienen resplandor, son en lo interior miserables”, versa el primer libro de Séneca, denominado De la vida bienaventurada, que puede consultarse a la par de otros documentos como los libros pertenecientes al escritor campechano Juan de la Cabada.

Las colecciones antiguas requieren de un trato especial, apuntó Mateo García, no deben ubicarse en estantería abierta, deben manipularse con tapabocas y guantes de látex, asimismo los usuarios sólo pueden ingresar con lápiz y papel y deben llenar una forma de control.

El espacio se mantiene con una humedad controlada entre 50 a 70 por ciento y una temperatura menor a 20 grados centígrados, albergando además las colecciones de Ignacio Villarías y las donaciones de la familia de Héctor Salmerón Roiz.

“Yo me relaciono con los investigadores a partir del material que solicitan, al platicar con ellos uno conoce acerca de sus trabajos, como es el caso del archivo notarial, aprendes y es más bonito porque uno les aporta lo que tenemos aquí, todo está catalogado y uno sabe qué documentos quieren y se les facilita”, refirió García Ruiz.

 

Preservación del Fondo Histórico

Fernando Hernández, egresado de la Facultad de Historia, expresó que su trabajo consiste en cuidar los libros almacenados en la bóveda, conjunto que se denomina Fondo Histórico, y mencionó los títulos de los Cinco libros de Séneca: El primer libro es De la vida bienaventurada; el segundo, De las siete artes liberales; el tercero, De los amonestamientos y doctrinas; el cuarto, es el primero De la providencia de Dios, y el quinto, es el segundo libro De la providencia de Dios.

“En síntesis, el libro trata de cómo el ser humano tenía que actuar de buena fe para lograr el gozo de Dios. Es toda una serie de lineamientos que Séneca describe para alcanzar un cargo de autoridad o de poder, que en principio se debía estar bien con Dios y cómo actuar de buena fe y con las mejores intenciones hacia los prójimos.”

No obstante, el historiador observó que debe considerarse la postura de su autor, “esto nada más quedó en el texto porque si se observa la vida de Séneca se sabe que fue un ser ambicioso que no tenía límites al buscar ascender al poder” ya que comenzó siendo preceptor del joven Nerón, posteriormente fue hecho prisionero al conspirar contra él y se le ordenó suicidarse.

“El libro es contradictorio, pero lo valioso es su contenido y sus características físicas como el hecho de estar escrito en español antiguo y se puede observar su pie de imprenta que dice que es de Sevilla por ‘Neymar Reinaldo August y Estanislao Polono, compañeros’.”

En la bóveda se cuentan más de 300 títulos con diversas temáticas que abarcan desde la medicina, agricultura, legislación, vida cotidiana, diccionarios, mapas, pequeñas enciclopedias y de manera sobresaliente, títulos que fueron impresos en la Ciudad de México y en Puebla.

Gran parte de los títulos fueron donados por el Colegio Preparatorio de Xalapa, así como particulares, entre ellos el doctor Pedro Rendón.

Las pastas de algunos de estos libros fueron hechas con piel de cordero o de cerdo, por ello tienen un color blanquecino. Algunos tienen en su canto superior las marcas de fuego, que permitía identificar la orden monástica a la que pertenecían.

Sus hojas están elaboradas a base de trapos de algodón que se desteñían y llevaban un preparado especial para poder imprimir con tintas ferrogálicas, es decir, con base de hierro, y que generan una gran saturación de ácidos, no obstante han subsistido hasta la actualidad; a pesar de que en algunos sí se ha provocado daño al papel, otros permanecen intactos.

 

Egresados de la UV cuidan los archivos del siglo XVI

Aarón David Hernández Contreras, Cruz Victoria Villegas Valencia y Aristeo Marín Ávila son historiadores por la UV encargados de los archivos notariales; por medio de la paleografía se encargan de digitalizar sus contenidos y situarlos en el sitio web www.uv.mx/bnotarial; esta labor permite ofrecer a nivel mundial la información, además, desde su concepción como proyecto fue financiado por la Universidad de Harvard y permitió publicar el Catálogo e Índices del Archivo Notarial de Xalapa 1800-1820, editado por la misma casa de estudios.

Con la consolidación de los archivos al interior de las colecciones especiales se da seguimiento al proyecto que inició el historiador Gilberto Bermúdez Gorrochotegui y a la fecha el archivo notarial de Xalapa, de 1578 a 1645, ya se encuentra digitalizado.

En ese sentido, Hernández Contreras detalló: “Somos un equipo de cuatro personas, tres nos encargamos de la transcripción de los documentos notariales, del siglo XVI al XX, y el otro compañero se encarga de los libros antiguos”.

Comentó que los investigadores que visitan tanto en persona como vía Internet los archivos notariales consultan principalmente el archivo de Córdoba y las cuestiones relacionadas con los esclavos.

Respecto a su labor en cuanto a la conservación de este acervo, el joven recalcó que “es una gran satisfacción porque somos privilegiados de estar con los documentos, leerlos y poderlos relacionar entre sí, tratamos de darle un seguimiento y encontramos un sinfín de datos, como historiador es un orgullo convivir con el material y trabajando en lo que te formaste, ello implica también una responsabilidad”.

Por otro lado, Villegas Valencia apuntó la posibilidad de consulta vía Internet desde cualquier parte del mundo de tales archivos gracias al software especial desarrollado con el apoyo del Departamento de Tecnología Educativa de la UV.

“Actualmente estamos trabajando los archivos de Orizaba del siglo XVI y nos entusiasma mucho nuestro trabajo. La información que encontramos es nueva y el material se conserva porque las autoridades se han ocupado de mantener el espacio con el equipo necesario como un termohidrómetro, que mide la temperatura y la humedad, así como un humidificador.”

La historiadora comentó que fue en 2003 cuando comenzó el proyecto de los archivos notariales apoyado por la Universidad de Harvard, “estaba programado para un año, les gustó el trabajo que presentamos y con base en ello lo ampliaron a tres años, asimismo se creó el software para la conservación y difusión del material con la finalidad de evitar su deterioro”.

Aristeo Marín comentó acerca de la página electrónica www.uv.mx/bnotarial, que es un catálogo en línea estructurado a partir de índices temáticos, geográficos y onomásticos. “Hacemos extractos de cada acta notarial y lo subimos al sitio para que los investigadores puedan consultarlos desde todo el mundo y con fines de conservación, para que los documentos no sufran deterioro generado por su manipulación”.

Respecto a qué sensación se experimenta al leer un documento del siglo XVI comentó: “Soy un apasionado de esto, desde que estudiaba Historia me apasionaban los documentos antiguos. Sientes que puedes comprender algo que la mayoría no fácilmente podrá leer, se relaciona mucho con el lenguaje antiguo, hay términos que están en desuso, por eso da una especial satisfacción saber que te especializas en algo que no es muy común”.

Sobre trabajar en las Colecciones Especiales, comentó que realizó su servicio social en la misma USBI transcribiendo los archivos durante un año, no obstante desde que ingresó a la licenciatura había tomado cursos sobre paleografía, posteriormente le ofrecieron trabajo y hace poco cumplió una década laborando en dicho espacio.

Acerca del reconocimiento de la Universidad de Harvard a este proyecto que se reflejó en la continuación del apoyo económico por tres años, dijo que “se siente uno muy orgulloso, poca gente conoce ese detalle pero es muy importante que una institución con ese renombre nos haya apoyado, incluso de manera regular apoyaba por dos años a las bibliotecas pero les gustó tanto el proyecto que nos financiaron dos años más, gracias a ello pudimos sacar un siglo que nos llevó prácticamente nueve años y la verdad nos sentimos muy orgullosos por eso”.

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