Artesanos de la región aledaña a Xalapa, como zapateros, alfareras y elaboradores de ajuares de novias y quinceañeras, viven problemáticas que restringen su producción y comercialización, como la falta de difusión, la inseguridad del país y la competencia del mercado chino. Ante tal escenario, la Universidad Veracruzana (UV) impulsa la Red de Artesanos de la Zona Centro.

         Dicha Red tendrá su segunda y tercera actividad pública –desde que fue conformada oficialmente-, los días 28 y 29 de septiembre en San Miguel Aguasuelos, municipio de Naolinco, a propósito de las fiestas patronales de San Miguel Arcángel.

Posteriormente, se reunirán el día 25 de octubre en Naolinco, con motivo del santo patrono de los zapateros, San Crispín, informó el integrante del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES) de la UV e impulsor de esta Red, Darío Fabián Hernández González.

Cabe recordar que la Red de Artesanos de la Zona Centro del estado de Veracruz –la primera en su género en la entidad–, la impulsa la UV a través de la Red de Vinculación, Investigación y Docencia Auto-organizadas del IIESES.

         Precisamente el 13 de junio se consolidó dicha organización, durante el Segundo Tequio (en náhuatl significa intercambio) y Primer Congreso “Encuentro artesanal por el desarrollo local a escala planetaria”, realizado en la comunidad San Antonio Limón Totalco, municipio de Perote.

Ahí, alrededor de 70 artesanos procedentes de San Miguel Aguasuelos, Perote, Naolinco, La Joya y la comunidad anfitriona se dieron cita y asumieron el compromiso de impulsar una red, con el propósito de reactivar el comercio de sus productos.

En esa fecha, los artesanos llegaron a tres acuerdos: invitarse mutuamente a las festividades de sus comunidades –sobre todo las patronales por ser las de mayor convocatoria–, con el objetivo de comercializar ahí sus artículos; que en los talleres o puntos de venta de los participantes de la Red se tenga una muestra, tarjetas o trípticos que difundan información sobre las artesanías de otras comunidades; y que la UV ayude a la difusión de lo que se realiza en cada una de las comunidades.

Por tal motivo, continúan los encuentros de esta Red que en esta ocasión, tanto en San Miguel Aguasuelos y Naolinco, instalarán una exposición y venta de sus productos y sostendrán una reunión con el fin de intercambiar experiencias y afinar acuerdos del propio proyecto, explicó Hernández González.

“Mi reconocimiento es para los 16 académicos, 41 estudiantes y sobre todo a los 67 artesanos de seis localidades, sin ellos no habría sido posible el encuentro artesanal en San Antonio Limón Totalco, que se llevó a cabo el pasado 13 de junio”, reiteró el investigador.

Con dicha actividad se iniciaron formalmente los trabajos coordinados entre artesanos, proyecto que se trabaja desde tiempo atrás, como lo relatan algunos de los artesanos.

 

El zapatero

Ernesto Barradas Olivares, zapatero de Naolinco, dio su testimonio: “Yo lo veo todo positivo, he estado desde hace un año o más en contacto con ellos (los investigadores de la UV) y lo veo todo muy bien. Que no falten los incentivos”.

Durante la época prehispánica el rey Axayácatl, sucesor de Moctezuma I, compraba su calzado en el pueblo de Naolinco. La tradición continúa y Naolinco es ampliamente reconocido por ser productor de zapatos.

         Barradas Olivares relató que lleva más de 60 años dedicado a la elaboración de calzado y durante todo ese tiempo “hemos tocado muchas puertas, y estoy viendo que en la UV sí se me abrió la puerta. No como yo lo quisiera, porque uno quiere algo definitivo, esto apenas está empezando, y tenemos que ser un poco pacientes”.

Aprovechó para citar que desde hace tres sexenios ha propuesto a los gobernantes estatales en turno un proyecto ambicioso: se trata de la elaboración de zapatos escolares por parte de los artesanos de Naolinco para que sean utilizados por los niños y niñas del estado, “para que Veracruz consuma lo que Veracruz produce, algo bueno, confortable y durable”.

Los zapatos tendrían la garantía de tener un costo accesible, y bajo una modalidad de pago acorde con el ingreso de las familias. Pero este proyecto no ha logrado ser acogido por ninguna autoridad; sin embargo, no pierde las esperanzas de verlo hecho realidad.

“De China importan mucho zapato que le decimos desechable, como es muy barato los padres de familia se van con la finta, compran ese zapato que les dura ocho o 15 días y es de puro hule; el de nosotros es de pura piel y el precio es muy accesible”, argumentó.

“Además, nuestro oficio viene de generación, de padres a hijos; por ejemplo, yo aprendí con mi mamá, quien al ser madre soltera nos sostenía con la hechura de zapatos, y al ser yo el hijo mayor de la familia tuve que ayudarle a levantar a los demás hermanos. Ella se hacía un par diario de zapatos, porque era totalmente a mano, puntada por puntada ella lo iba cosiendo con sus manos.

”Ahí me nació aprender el oficio y me ha gustado, pero tiene contratiempos, porque luego no encontramos donde vender o exponer nuestros zapatos”, añadió.

 

La alfarera

Varias alfareras de San Miguel Aguasuelos también se sumaron a la Red que impulsa la UV. Una de ellas, Leticia Ramírez Martínez, de 40 años de edad, compartió que una de las grandes experiencias con este proyecto es que se conocerán entre artesanos.

“Yo por eso propuse –en la primera reunión a la que fueron convocados– que nos ayuden a difundirnos; por ejemplo, los domingos hay un taller en Aguasuelos, abierto al público, para que la gente de las ciudades se interese y llegue a la comunidad y haya más turismo”, dijo.

         Así como en Naolinco, desde tiempos inmemoriales familias enteras de San Miguel Aguasuelos se dedican a la alfarería.

“Yo a los 10 años ya colaba el barro, le hacía las bolitas de barro a mi mamá”, compartió Leticia Ramírez.

En San Miguel Aguasuelos, relató, la mayor parte de las mujeres son alfareras y tienen el oficio como un apoyo para sostener a la familia, aunque en ocasiones ése es el único ingreso con que cuentan.

No obstante, la comercialización de las piezas de cerámica no siempre es favorable, por tal motivo pidió “que nos sigan ayudando, aconsejando, porque a veces nosotros no conocemos las maneras de organizarnos”.

 

Elaboradores de ajuares

Desde hace año y medio, los artesanos de Totalco iniciaron los acercamientos con sus iguales, de otros giros, a través de la UV, con el propósito de intercambiar ideas, precisó Miguel Argüelles Zabaleta.

“Esto es lo mejor que nos puede pasar, sabemos que los tiempos están muy difíciles para salir adelante. No podremos tener un progreso inmediato, no vamos a salir de la noche a la mañana por la misma situación que atraviesa el país.

”El que nos estemos acercando como artesanos y crear un corredor turístico entre las comunidades es lo mejor que nos puede pasar, ojalá lo logremos con la unidad de todos los artesanos”, dijo.

En Totalco, 90 por ciento de la población son artesanos de atuendos para bodas, 15 años, bautizos, entre otras ceremonias. Este trabajo se realiza desde hace 40 años, y desde hace 20 se ha incrementado notoriamente.

“Hace como 40 años vino una persona de Guanajuato, puso un taller para el que contrató mano de obra sobre todo femenina, de ahí surgieron otros talleres y actualmente hay 400”, comentó.

La producción de Totalco se entrega en la Ciudad de México, y de ahí los intermediarios la trasladan a todo el país.

“Apenas hace unos tres años, nuestro mercado era la República Mexicana, pero a partir de la inseguridad y de la delincuencia nosotros hemos dejado de salir. No hay seguridad y al no haber seguridad no hay ventas, por eso es que nosotros estamos ofertando demasiado en la Ciudad de México, porque no podemos distribuir directamente.”

Destacó que los ramos elaborados en Totalco tienen la calidad para ser comercializados en el extranjero, incluso se sabe que hay muchos ramos que salen de esta comunidad al extranjero, “pero ninguno es cobrado en dólares por nosotros, eso lo hacen los coyotes, los que tienen la facilidad de pasar a Estados Unidos, ése es nuestro sueño, si no lo hacemos no podremos sostener por mucho tiempo más este tipo de trabajo, porque no es redituable”, concluyó.

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