“La formación que nos dio la Universidad Veracruzana nos ha hecho sentirnos firmes y seguros ante todo lo enfrentado”, aseguraron los integrantes del grupo Villalobos Brothers, egresados de la Facultad de Música de la UV, que recientemente ganaron el concurso “Guerra de bandas” realizado en la ciudad de Nueva York, en donde representaron al condado de Manhattan.
En el evento de bandas musicales denominadas “emergentes” participaron agrupaciones de los cinco condados neoyorquinos: Queens, Bronx, Brooklyn, Staten Island y, por supuesto, Manhattan.
Luego de cinco meses de eliminatorias, a inicios de junio se definió a los ganadores de cada uno de los condados. La semifinal para elegir al representante de Manhattan fue el 7 de junio y los Villalobos Brothers compitieron con 13 bandas para representar al condado.
El grupo está integrado por Ernesto, Alberto y Luis Villalobos, así como por Humberto Flores. Luis Villalobos, violinista, y Humberto Flores, guitarrista –entrevistados en la Dirección General del Área Académica de Artes–, indicaron que la semifinal fue una de las experiencias más enriquecedoras, ante un jurado en que había ganadores de premios Grammy y que les seleccionó como representantes de Manhattan.
“Aquí se hicieron a un lado etnias, color de piel, idioma, procedencia. En medio de una sorprendente pluralidad, a nosotros como mexicanos y veracruzanos nos correspondía representar al condado en una justa en que se habría de conjuntar lo mejor de lo mejor en Nueva York”, explicó Luis.
“En la gran final fuimos la única banda de origen latino”, manifestó Humberto. “Esto aglutinó en torno nuestro a la comunidad hispana, que nos apoyó de forma increíble. En el momento en que presentamos nuestras interpretaciones, el respaldo fue absoluto; era como si hubiese un solo público para un solo participante”.
Uno de los jurados fue el propietario de un foro legendario, el Apollo Theater de Harlem. En siete años de permanencia en Nueva York jamás han actuado en este escenario, aunque sí lo han hecho en otro importante como es la sala principal de Carnegie Hall. Como resultado de este concurso, tienen ya asignada una fecha en el icónico Apollo Theater.
Luis Villalobos indicó que aún no han tenido tiempo de sopesar cabalmente las consecuencias positivas de este acierto. “¡Hemos ganado Nueva York cantando en español, tocando nuestra música! Una de las canciones que inclinaron al jurado a nuestro favor es El pijul, un tema folclórico veracruzano que hemos arreglado para nuestra dotación instrumental”.
Llama la atención que estos músicos forjados en la Facultad de Música UV, registren tal ascenso en un ámbito muy competido y que hayan conquistado a un público tan demandante como el neoyorquino.
“La formación que nos dio la UV nos ha hecho sentirnos firmes y seguros ante todo lo enfrentado”, señaló Luis. “Hemos aprendido que los artistas de forja académica debemos desarrollar una mentalidad más integral, acercarnos a todos los géneros. Con mucho orgullo cultivamos la música influida por el arte popular veracruzano; nos abrimos a esto porque son otros horizontes, y no lo hacemos porque no nos sintamos capacitados para trabajar sobre la música de concierto. Nuestra educación artística en la UV fue ésa, pero ha sido una necesidad natural expandirnos, crecer y conocer otros entornos sin atarnos sólo a lo clásico”.
Flores añadió que la velocidad con que ha crecido el proyecto de Villalobos Brothers les compromete a interpretar el son jarocho echando mano de todos los recursos artísticos, “en un reencuentro de nuestras raíces con las técnicas aprendidas en una carrera tan prolongada y tan sólida como la que nos dio la UV”.
El arreglo para El pijul es por demás elaborado, con introducción en compases compuestos y métrica complicada, que bien podría funcionar en una obra de concierto.
Luis, al igual que sus hermanos Alberto y Ernesto, fueron alumnos de Carlos Marrufo Gurrutia en la UV, mientras que Humberto lo fue de Consuelo Bolio, Mauricio Hernández Monterrubio y Sebastián Guigui.
Y aunque cada uno continuó su perfeccionamiento en el extranjero, Luis en Alemania y Humberto en Italia, hoy están seguros que el detalle elemental en su exitoso esfuerzo de Nueva York es la ruptura de las barreras de lenguaje y nacionalismos; el arte supera fronteras raciales, sociales y económicas.
“Nuestro esfuerzo apunta hacia la gente, sin importar credo, idioma o color de piel. Ése es el milagro de nuestra música…”