Un equipo de físicos ha logrado detectar una onda gravitacional, una distorsión del espacio-tiempo predicha por Albert Einstein, por cuarta vez.
Los investigadores, entre los que participan científicos de la Universidad de las Islas Baleares, han registrado la señal al observar la fusión de agujeros negros con dos redes de interferómetros: los de LIGO, de EE UU y su equivalente europeo Virgo. Así se ha conseguido la cuarta detección de un sistema binario de agujeros negros, que es la la primera señal de ondas gravitacionales registrada por Virgo.
Los dos detectores de LIGO, localizados en Livingston (Louisiana) y Hanford, (Washington) y el detector Virgo, localizado cerca de Pisa (Italia), registraron una señal de onda gravitacional transitoria producida por la fusión de dos agujeros negros de masa estelar. El hallazgo ha sido publicado esta semana en la revista Physical Review Letters.
Los observatorios detectaron el pasado 14 de agosto una fuente conocida como GW170814 que se ha relacionado con los momentos finales de la fusión de dos agujeros negros con masas alrededor de 31 y 25 veces la masa del sol, ubicados a unos 1.800 millones de años luz de distancia. El nuevo agujero negro giratorio tiene cerca de 53 veces la masa de nuestra estrella, lo que significa que cerca de tres masas solares se convirtieron en energía gravitatoria durante la fusión, indican los científicos de la Universidad de las Islas Baleares (UIB).
Los detectores de LIGO y Virgo registraron una señal de onda gravitacional transitoria producida por la fusión de dos agujeros negros de masa estelar
Contribución de España
El Grupo de Relatividad y Gravitación (GRG) de la universidad balear es el único grupo español que ha tomado parte en las cuatro detecciones de ondas gravitacionales. A través de su participación en la colaboración científica LIGO, ha contribuido de manera relevante a este nuevo hallazgo, ya que ha aportado los modelos de señales de onda gravitacional de los agujeros negros.
“Estos modelos se comparan con los datos registrados por los detectores LIGO y Virgo, y son necesarios para identificar las fuentes de las señales, por ejemplo, si son agujeros negros o estrellas de neutrones, o para determinar sus masas. Tenemos un año muy intenso por delante”, dice el doctor Sascha Husa, del GRG.
El próximo período de observación comenzará en el otoño de 2018 con una sensibilidad significativamente mejorada. “Esperamos detectar varias señales al mes, lo que requerirá desarrollar modelos mucho más precisos de la señal de onda gravitacional para extraer toda la información de estos eventos”, añade Husa.
El nuevo descubrimiento es especialmente importante para la comunidad española de las ondas gravitacionales, ya que un grupo de investigación de la Universidad de Valencia, liderado por el doctor José Antonio Font, se ha unido recientemente a la Colaboración Virgo.
Referencia bibliográfica:
The LIGO Scientific Collaboration and The Virgo Collaboration. “GW170814 : A three-detector observation of gravitational waves from a binary black hole coalescence”. Physical Review Letters (27 de septiembre, 2017).