En México se han logrado avances significativos en la prevención del consumo de drogas ilegales entre la población joven, pese a que la sociedad en general no lo perciba de la misma manera, declaró Rafael Velasco Fernández, coordinador del Programa de Capacitación e Investigación en Prevención y Tratamiento de Adicciones de la Universidad Veracruzana (UV).
Durante la conferencia “El papel de la investigación en la prevención del consumo de drogas”, que impartió en el marco del Primer Foro Académico de Investigación-Acción en la Prevención del Consumo de Drogas, mencionó que 12 países europeos lograron bajar sus índices de consumo de drogas ilegales, gracias a que tienen buenos programas y a la participación y apoyo de la ciudadanía.
“Está plenamente comprobado –entre ellos están Suecia, Islandia, Noruega, Grecia, Armenia– que han disminuido notablemente el consumo de drogas ilegales porque tienen un magnífico programa; en Suecia se creó un ministerio para el problema de adicción y la pobreza… esos países tienen buenos programas, participa la sociedad. Suecia tenía hace 12 o 13 años el primer lugar en consumo de cocaína y el segundo –junto con Inglaterra– en marihuana en toda Europa; en estos momentos está en los últimos cinco lugares, lo que prueba que los buenos programas funcionan”
También dijo que los buenos resultados obtenidos por estas naciones europeas se deben a que reforzaron la lucha contra el narcomenudeo, en el que participó la ciudadanía al denunciar los lugares en donde eran comercializados los estupefacientes.
En relación con el papel de la investigación en dicho asunto, Velasco Fernández indicó que la información obtenida puede ser de gran valía para la elaboración y reelaboración de los programas, siempre y cuando esté sustentada y el proceso usado para la obtención de los resultados haya sido evaluado.
“No debemos creer en toda la investigación que nos llega, hay que aplicar nuestro juicio para juzgar. En nuestro campo es de particular importancia la evaluación de las evaluaciones, considerando los múltiples estudios que buscan comprobar la bondad de ciertos programas preventivos”, expresó.
Dijo que algunos errores que se comenten en las investigaciones en nuestro medio, en general en los países en vías de desarrollo, restan credibilidad a los resultados, “son relativamente pocos los estudios que se realizan con loable esfuerzo y a veces con alto costo económico que nos aportan nuevos conocimientos suficientemente útiles que los justifiquen”.
Entre los ejemplos de los errores que se cometen, mencionó: “el estudio se plantea considerando un exceso de variables; entonces, los resultados no tendrán valor o será poco lo que se obtenga; se dejan a un lado variables que sin duda influyen sobre los resultados, invalidándolos del todo; otro error frecuente es la ausencia de las definiciones de ciertos términos que conciernen a los objetivos que se persiguen; la falta de descripción o descripción incompleta del método de la investigación o plan establecido; la realización de estudios sin seguimiento suficiente”.
“Además, con frecuencia se olvida la inclusión de ‘grupos testigo’, cuando resultan indispensables; se realizan estudios en poblaciones con diagnósticos obtenidos mediante pruebas de tamizaje, cuando ello no es aconsejable; no se consideran las diferencias socioculturales al utilizar encuestas ya aplicadas en países desarrollados, ‘casi copiamos las preguntas’; no se incluye un breve capítulo de discusión sobre los resultados, cuando es indispensable por la índole del problema”.
“En la UV se cuidan todos estos aspectos y se propician investigaciones que sin duda nos aportan conocimientos de gran utilidad, tanto para nuestros propios programas de trabajo como para los que se realizan en otros ámbitos”, enfatizó el especialista.