Cuatro centros tecnológicos y dos centros de I+D+i de España, entre ellos el Centro Tecnológico de Cereales, CETECE, de Palencia, han logrado desarrollar superficies de acero inoxidable y cerámica con propiedades bactericidas y autolimpiables que se activan con la luz ultravioleta del sol o de una lámpara.
El proyecto FOTOCER o «Desarrollo de superficies fotocatalíticas mediante técnicas fácilmente escalables a la industria», impulsado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, arrancó en el año 2009, y ha concluido ahora con resultados «prometedores», ha explicado a Efe la responsable del Departamento de I+D+i del CETECE, Ana Garcinuño.
El objetivo de este proyecto era el desarrollo de recubrimientos fotocatalíticos que dieran lugar a superficies con propiedades bactericidas y autolimpiables, y que esas propiedades se activasen con un simple rayo de sol o una lámpara de luz ultravioleta.
Pero además se buscaba que el efecto fotocatalítico fuese eficaz y duradero para poderlo aplicar a la industria porque «una superficie autolimpiable, capaz de acabar con cualquier microorganismo o bacteria, podría revolucionar la industria alimentaria», ha sostenido la investigadora.
Para ello, durante dos años se han buscado las superficies y los recubrimientos adecuados, se han hecho las pruebas y los ensayos necesarios para conseguir combinación perfecta y que «las superficies elegidas, acero inoxidable y cerámica, reaccionaran con la luz ultravioleta autolimpiandose», ha explicado.
El proceso arrancó en el Instituto de Tecnología Cerámica de Castellón que además ha actuado como coordinador del proyecto desarrollado por la Asociación de Investigación de las Industrias del curtido y anexas, el Centro Tecnológico de Cereales, el Centro de Tecnologías Electroquímicas, el Instituto de Cerámica y Vidrio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y el Instituto de Tecnología de Materiales que pertenece a la Universidad Politécnica de Valencia.
Y lo que se ha conseguido es que superficies de acero inoxidable y de cerámica recubiertas con óxido de titanio (TiO2) reaccionen a la luz solar o ante la luz artificial de cualquier lámpara ultravioleta, autolimpiándose y aniquilando cualquier microorganismo.
«No se trata de eliminar la suciedad que se ve, sino la que no se ve», ha aclarado Eva Velasco, directora técnica de Laboratorio del CETECE.
De hecho FOTOCER buscaba superficies con mejores propiedades mecánicas, más resistentes al desgaste y que pudieran usarse en distintos sectores industriales, ha insistido.
Y se ha logrado que las superficies tratadas con óxido de titanio y activadas con radiación ultravioleta, actúen como bactericidas y fungicidas, destruyendo las bacterias y los hongos que están en contacto con ellas, y como oxidantes, produciendo la total degradación de la materia orgánica en contacto con ellas.
Es decir con este tratamiento, la suciedad resbala fácilmente sin adherirse a la superficie, obteniendo el efecto autolimpiable.
A partir de ahora con la aplicación de lo que se ha descubierto con el proyecto FOTOCER, la mesa de trabajo de un carnicero, o un pescadero y cualquier superficie de la industria láctea o cárnica, que esté en contacto con los alimentos, podría autolimpiarse y repeler microorganismos de forma más eficiente que cualquier detergente.
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