I. Introducción
En una época en la que predomina una concepción educativa de mercado y la formación de un “profesional” se vende como un mero producto de prestigio social sin contar con las competencias básicas de un perfil digno de egreso, y las universidades –especialmente algunas privadas- parecen imitar el principio de todo espectáculo proporcionando a ultranza al cliente lo que pida y omitiendo todo filtro para la selección de estudiantes de calidad; los educadores parecen olvidar que el individuo, aunque importante, no es la única variable en el aprendizaje. Su historia personal, su clase social y consecuentemente sus oportunidades laborales, profesionales, y económicas, su época histórica y las herramientas cognitivas que tenga a su disposición, todas ellas no solo apoyarán el aprendizaje sino que serán parte integral de él.
En tiempos donde el bombardeo propagandístico y la estrategia mediática de los mass media en México han convertido a los maestros en los villanos de moda, la gran mayoría de educadores parecen haber desarrollado una amnesia selectiva pues «olvidan» las responsabilidades de un régimen político, ideológico y socio-cultural que ha bloqueado, abusado y reprimido por décadas, el acceso a un sistema educativo de calidad a millones de estudiantes y profesores. Tales “villanos” acentúan de modo explícito la necesidad de vincular el aprendizaje a sus dimensiones contextuales en la vida real y al alzar la voz de una nación despedazada representan también la consciencia cultural contra los histéricos, crédulos, desmemoriados y acríticos.
Cualquiera que haya sido profesor universitario por vocación y haya trabajado en espacios que enferman, desgastan y no contribuyen al crecimiento de nuestro plan de vida y carrera sabe que lo único seguro en algunas instituciones educativas es la incertidumbre y la sobrecarga laboral sin remuneración justa.
Cuando se trata a los estudiantes como materia prima y lo único importante resulta la retención o aumento de la matrícula, la enseñanza en la universidad se reduce a un mero negocio. Cuando los procesos de enseñanza-aprendizaje se limitan a una transacción de marketing educativo y los profesores no problematizan, ni reflexionan ni forman a sus estudiantes con rigurosidad, exigencia ni compromiso en una disciplina, se convierten en cómplices y siervos de una farsa que tiene precio creando estudiantes “barracudas” que increíblemente se perciben “encerrados” en sus J-aulas demandando un conocimiento fácil, recetista y eminentemente técnico. Al respecto, debemos considerar que la construcción del conocimiento y el aprendizaje no están localizados exclusivamente en recovecos académicos y en la “mente” humana sino que debemos observar en que ámbito tal mente se desarrolla y aquellos encuentros sociales que incansablemente enriquecen, atemorizan, oprimen y liberan nuestra existencia.
II. El caso de la enseñanza de la Psicología
En las aulas universitarias donde los profesores enseñamos, encontramos estudiantes con diversidad de perfiles educativas y culturales, provenientes de estatus económicos irreconciliables, configuraciones familiares y perfiles éticos y ciudadanos complejos, clases sociales diversas, trayectorias profesionales sui géneris, desarrollos cognitivos no lineales y nativos digitales que permanecen absortos en dispositivos que actúan como prisiones tecnológicas –y que no necesariamente usan como herramientas psicológicas- Todo ello es precisamente la realidad del aprendizaje y la mirada social del conocimiento y el aprendizaje tienen la base teórica para incluir estos hechos casi evidentes por sí mismos.
Para explicar esto por medio de una analogía, pensemos en una computadora y en el internet. La naturaleza social del conocimiento se refiere al internet; es el conocimiento de nuestra sociedad, de nuestra cultura, de nuestra época histórica, que es de todos pero no pertenece a nadie en particular. Además imaginemos la computadora personal como una célula nerviosa con cientos de conexiones con sus respectivas dendritas que están en contacto sináptico con otras tantas computadoras en la infinita red de conexiones en el que se ha convertido internet. Resulta obviamente más fácil estudiar la computadora individual, que estudiar el internet, de la misma forma que el funcionamiento de las células nerviosas ha sido estudiado con gran éxito y no así el funcionamiento del cerebro como un todo.
La educación universitaria olvida “selectivamente” que el aprendizaje del individuo nunca será un hecho, si no existe una tierra fértil para su desarrollo. La semilla de una manzana tiene genéticamente el potencial para llegar a convertirse en bello manzano de ramas gruesas y flores en umbela sonrosadas y olorosas. Sin embargo ese potencial nunca fructificará si la semilla no encuentra tierra fértil que favorezca su desarrollo y además, durante el tiempo de su crecimiento, el joven manzano debe coexistir con un medio ambiente libre de catástrofes meteorológicas.
Así como es el manzano es el aprendizaje humano. Semilla buena, tierra fértil, estabilidad ambiental son metáforas para capturar la esencia de una idea poderosa que se ha cultivado durante toda la historia de la humanidad. El aprendizaje de todo individuo está determinado por la escabrosa intersección de la genética, la sociedad y la historia. El aprendizaje puramente académico y toda la gama de disciplinas aprendidas en estilos recitativos en los salones de clase son ilustraciones trágicas del fracaso de los esfuerzos de una sociedad por socializar a sus integrantes en tareas o pensamientos que beneficien a la comunidad. En este punto de vista, estos modos de aprendizaje conducen sólo a la esterilidad mental y a la alineación del individuo de sus semejantes y eventualmente de sí mismo pues raramente en las aulas se crea la conectividad y motivación necesaria para comprender los problemas disciplinarios o temáticos como problemas legítimos. Para la mayoría de los alumnos son simplemente problemas académicos. Aquel que pierde contacto con su ámbito social terminará perdiendo contacto consigo mismo enajenado en sus propias actividades mentales.
En el caso específico de mi ciencia; la Psicología, su enseñanza en México resulta una actividad compleja en tiempos de cierto oscurantismo pedagógico, predominio de aberrantes orientaciones especulativas y la presencia de multitud de colegas adherentes a tendencias sincréticas y pseudocientíficas propias del new age. Por ello, construir espacios educativos donde el mar inconmensurable de la diversidad científica, la seriedad disciplinaria y la amplitud didáctica pongan en contacto a los estudiantes con tendencias intelectuales, teorías novedosas y experiencias en escenarios de práctica situada es una tarea impostergable (Cerezo, 2013).
La enseñanza de la Psicología es pletórica, frustrante y desunida, incluso desde hace varias décadas ya se había señalado que vivíamos una verdadera crisis en la Psicología mexicana. En un estudio realizado por Millán (1982) acotaba nueve puntos de conflicto, de los cuales muestro sintéticamente cuatro que enmarcan los principales conflictos de la enseñanza de la disciplina psicológica, a saber:
a) Pobreza en la investigación teórica y tecnológica realizada en las instituciones de Psicología.
b) Mercado de trabajo deformado y/o saturado.
c) Bajo nivel académico en las instituciones de enseñanza e investigación de la Psicología.
d) Confusión teórica y práctica en las escuelas y facultades de Psicología. Ante la ausencia de alternativas y la falta de imaginación creadora, varios colegas han buscado salidas conciliatorias a las crisis; unos recurriendo a las modas psicológicas.
En aquel momento, Millán (1982) proponía que si en realidad se deseaba resolver la crisis, lo primero debía ser la asimilación crítica de los avances científico-tecnológicos de la disciplina psicológica, vía su contrastación práctico-social en nuestra realidad, lo cual invita a tomar una posición socio-histórica lúcida y fundamentada de la atención a la salud mental y de los tratamientos e intervenciones que de alguna forma ofrezcan mayores garantías científicas en comparación con marcos especulativos de trabajo.
Han transcurrido más de treinta años a partir de tales estudios y desde entonces a la fecha, lo más destacable ha sido el acelerado incremento de la matrícula y de las instituciones formadoras de psicólogos. El vertiginoso crecimiento continúa vigente hasta nuestros días, ya que de acuerdo con datos arrojados por ANUIES (Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior, 2008), la psicología ocupa el quinto lugar ente las carreras más pobladas de México.
En opinión de Preciado y Rojas (1989):
La expansión de su enseñanza en el país parece haberse sujetado más a una lógica creciente de oferta educativa por parte de las instituciones universitarias, como respuesta a demanda educativa originada en la sociedad civil, que a un proyecto riguroso y ordenado de planeación educativa y su proyección social por parte del estado y la sociedad en general (p. 78).
Así también, Carlos (2009) al realizar un estudio exploratorio en una universidad pública mexicana sobre la enseñanza de la psicología llevada a cabo por profesores calificados como buenos y efectivos por sus estudiantes ubica genéricamente tres fallas y deficiencias estratégicas en la enseñanza de la psicología, las cuales son:
a) Es excesivamente teórica y verbalista, es decir que se centra desmedidamente en la parte conceptual de la disciplina pero tiene poca preocupación por la aplicación a problemas de la práctica profesional.
b) Uso limitado por parte de los docentes de diversas estrategias de enseñanza y evaluación. Las evaluaciones y seguimiento de opiniones de los alumnos señalan que los profesores imparten sus clases de manera tradicional basándose principalmente en la exposición, con nulo o parcial uso de material didáctico, empleando casi exclusivamente las pruebas objetivas, la participación estudiantil y los trabajos escritos como formas para evaluarlos.
c) Escasez de programas de formación docente en psicología. La mayoría de las instituciones universitarias carecen de programas de formación docente, lo cual sugeriría que los profesores se “hacen” empíricamente en la práctica.
Las limitaciones no son privativas de los escenarios universitarios ni de los profesores, los estudiantes también tienen su cuota de responsabilidad. Quisiera afirmar que son sólo algunos, pero la mayoría de mis estudiantes de pregrado de Psicología, me sorprenden al quejarse del “desgaste” al que se sienten sometidos por “tantas” tareas, lecturas, proyectos, presentaciones y de lo complejo que les resulta operar en la realidad en sus prácticas profesionales o servicios sociales que incluso ya les deja muy poco tiempo para ingresar a las redes sociales. La respuesta que les doy, es que no deben angustiarse pues tendrán mucho mejores maestros en el futuro inmediato. Aún falta que les impartan “clases magistrales” varios docentes expertos, entre ellos; el Dr. Hambre, el Dr. Desempleo y el Dr. Experiencia.
Referencias:
- Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior (2008), Estadísticas básicas del sistema de educación superior. Recuperado en 7 de noviembre de 2012. Disponible en: www.anuies.mx
- Carlos Guzmán, J. (2009). ¿Cómo enseñan psicología los profesores efectivos? Un estudio exploratorio. Perfiles educativos, 31(123), 8-26. Recuperado en 19 de abril de 2013. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-26982009000100002
- Cerezo, H. (2013). La Psicología está “loca”: La dulce seducción del supermercado New Age. Manuscrito remitido para publicación.
- Millán, P. (1982). La psicología mexicana: Una profesión en crisis. Revista de Educación Superior, 43, 49-92.
- Preciado, H., & Rojas, L. (1989). Notas sobre la enseñanza de la psicología: estado actual y perspectivas de desarrollo. Revista de la Educación Superior, 72, 45-60.
Héctor Cerezo Huerta: Doctor en Psicología Educativa y del Desarrollo por la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México. Director del Departamento de Psicología y Formación Ética del Tecnológico de Monterrey, Campus Puebla. Profesor-Instructor de Educación Continua de la Facultad de Estudios Superiores de Iztacala, UNAM.
Correo: [email protected]
Twitter: @HectorCerezoH
Blog: http://docenciaydocentes.blogspot.mx