Con el inicio de la temporada de huracanes de 2014 en el Atlántico, que comienza con el mes de junio, las zonas costeras deben poner a prueba sus protocolos de protección civil, los cuales tienen que considerar un factor que científicos mexicanos han alertado: la reducción gradual de barreras naturales (arrecifes) está relacionada con mayores daños por parte de los meteoros.

De manera específica, la destrucción de los arrecifes coralinos en el Caribe mexicano puede facilitar la penetración de huracanes a las costas de la Península de Yucatán, según afirma Jesús Ernesto Arias González, experto del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Unidad Mérida.

Los sistemas marítimos del Caribe mexicano pertenecen al llamado Arrecife Mesoamericano, que es la segunda barrera arrecifal más grande del mundo, con una extensión de casi mil kilómetros. Sin embargo, esta franja de arrecifes que se extiende desde Cayo Cochinos en Honduras, hasta Isla Contoy en Quintana Roo, presenta impactos negativos, debido a los grandes desarrollos turísticos ubicados en las costas de Quintana Roo.

“Han construido grandes hoteles en las zonas costeras, lo que ocasiona enorme erosión de las playas y rompe el equilibrio con el mar. Además, esos desarrollos generan gran cantidad de desechos urbanos, muchos de ellos son vertidos en lagunas costeras, cenotes o directamente al mar provocando contaminación en el sistema arrecifal aunado al daño de los manglares que en sinergia con los arrecifes son los mayores productores de peces”, comentó el investigador.

Al reducir la protección que ofrecen los arrecifes y manglares, un huracán puede penetrar con mayor facilidad a la costa e impactar prácticamente en forma directa.

Según estimaciones, en la década de 1970 los arrecifes ubicados en aguas del Caribe mexicano estaban conformados entre 40 y 60 por ciento por corales, pero en la actualidad ese porcentaje difícilmente alcanza el 10 por ciento, debido a la gradual destrucción de los corales.

Esa degradación representa un peligro tanto para las comunidades costeras como al mismo equilibrio natural de la zona y la economía local. De hecho, al explicar las funciones de los arrecifes coralinos, el investigador del Cinvestav comparó estos ecosistemas con las selvas tropicales, al presentar la mayor diversidad del mundo marino, por lo que su atención, dijo, debe ser similar a la que se presta a los bosques y selvas.

Pero además de la cuestión ambiental, estos ecosistemas sirven para proteger a la población de la costa de los impactos de huracanes y tormentas tropicales, ya que representan una barrera de impacto donde la intensidad del meteoro se ve disminuida.

“Tenemos que implementar estrategias de desarrollo sustentable y recuperar el capital natural de los arrecifes coralinos a partir de su conservación y restauración introduciendo cultivos de corales y peces, y tratar de rescatar la cobertura coralina de los arrecifes que existía antes”, alertó el también miembro Sistema Nacional de Investigadores.

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