Aún cuando la pobreza extrema en el mundo se ha reducido a la mitad, hoy todavía uno de cada nueve habitantes del planeta pasa hambre, precisamente en este 17 de octubre, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
Esto es, más de 2,200 millones de personas en el mundo son pobres o se encuentran al borde de la pobreza; de estos, 1,200 millones de personas están en pobreza extrema, de acuerdo con el Informe sobre Desarrollo Humano 2014 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En América Latina y el Caribe si bien 51 millones de personas han accedido a la clase media en la última década, cerca del 30 por ciento de los habitantes viven en situación de pobreza y la región sigue siendo la más desigual del mundo, de acuerdo con el PNUD.
“A demasiadas personas, especialmente mujeres y niñas, se les sigue negando el acceso a una atención de la salud y un saneamiento adecuados, una enseñanza de calidad y una vivienda digna. Demasiados jóvenes carecen de trabajo y de aptitudes que atiendan las demandas del mercado. El aumento de la desigualdad en muchos países, tanto ricos como pobres, fomenta la exclusión de las esferas económica, social y política, y sabemos que los efectos del cambio climático y la pérdida de la diversidad biológica afectan especialmente a los más pobres”, apunta Ban Ki-moon, secretario general de la ONU.
En 2014 el tema del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza es: «No dejar a nadie atrás: pensar, decidir y actuar juntos contra la pobreza extrema».
Con ese lema, se reconoce y se subraya el reto exigente de identificar y asegurar la participación de las personas que viven en condiciones de pobreza extrema y exclusión social en la «agenda para el desarrollo después de 2015» que sustituirá a los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
En diciembre de 1992 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó el 17 de octubre como Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, en busca de erradicar la pobreza y la indigencia en el mundo y para sensibilizar al público sobre el tema.
La erradicación de la pobreza y la indigencia sigue siendo uno de los principales elementos del programa de desarrollo de la ONU y es uno de los puntos centrales de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y de la Agenda para el desarrollo después de 2015.
Del primer objetivo de los ODM que consiste en erradicar la pobreza extrema y el hambre, se alcanzó la meta de reducir a la mitad las tasas de pobreza extrema cinco años antes del 2015, la fecha límite fijada, pues en 2010 la tasa mundial de personas que viven con menos de 1.25 dólares estadounidenses al día se redujo a menos de la mitad de la registrada en 1990. Sin embargo, aún 2,200 millones de personas en el mundo son pobres o se encuentran al borde de la pobreza, de acuerdo con el Informe sobre Desarrollo Humano 2014 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En América Latina y el Caribe si bien 51 millones de personas han accedido a la clase media en la última década, cerca del 30 por ciento de los habitantes viven en situación de pobreza y la región sigue siendo la más desigual del mundo, de acuerdo con el PNUD.
“Tenemos que hacer más para escuchar y tomar medidas a favor de aquellas personas cuya voz a menudo pasa inadvertida: las personas que viven en la pobreza y en particular, entre estas, los pueblos indígenas, las personas mayores y las personas que viven con discapacidad, los desempleados, los migrantes y las minorías. Tenemos que apoyarlos en sus esfuerzos por salir de la pobreza y construir una vida mejor para sí mismos y para sus familias”, enfatiza Ban Ki-moon.