Según la Crónica Mexicáyotl -obra escrita en náhuatl por Hernando de Alvarado Tezozómoc y Alonso Franco- fue el 13 de marzo de 1325 “cuando entraron, llegaron y se asentaron dentro del tular y carrizal, dentro del agua en Tenochtitlan los ancianos mexicanos aztecas.”- Un islote al que llegaron luego de un arduo peregrinar guiados por Huitzilopochtli, su dios tutelar, “casi un pantano, de que sólo sobresalían unas rocas, rodeado de cañaverales, en el Lago de Texcoco”.
Según la leyenda, vieron en el lugar un águila sobre un nopal devorando una serpiente.
Hacia 1160 partieron desde Aztlán, “Lugar de la blancura” o “Lugar de las garzas”, un punto desconocido al norte del actual México, una tribu guiada por la profecía del dios Huitzilopochtli o Mexitli o Mexi, que les indicaba que debían construir su asentamiento definitivo en un lago el cual debía tener en su centro un islote y en este debería haber una roca, sobre la roca una planta de nopal, sobre la planta un águila devorando una serpiente, y así peregrinaron hacia el sur por 165 años hasta que llegaron a orillas del lago de Texcoco, donde reconocieron las señales que les había preanunciado su dios y fundaron una ciudad que llamaron Tenochtitlan o México o Huitzilopochtli, distintas denominaciones según varios códices.
De acuerdo con la Tira de la Peregrinación (o Códice Boturini, que cuenta la peregrinación de los mexicas desde su lugar de origen hasta su llegada al Valle de México), la gente de Cuitláhuac se separó del resto de los calpullis cuando aún estaban en migración. Más tarde, los mexicas llegaron a la región de Tollan-Xicocotitlan, donde Huitzilopochtli les ordenó que desviaran el cauce de un río para crear una laguna en torno de un cerro. El placer de vivir en esa tierra casi llevó a los mexicas a olvidar que su dios les había prometido otra tierra, y viendo esto, Huitzilopochtli les hizo salir de ese sitio y continuar la migración.8 Llegaron entonces al valle de México y pasaron por varios pueblos, hasta que se asentaron en territorio de los tepanecas de Azcapotzalco, a quienes les sirvieron como guerreros mercenarios. Finalmente, encontraron el sitio señalado por Huitzilopochtli en un islote del lago de Texcoco.
Tenochtitlán, según Fray Bernardino de Sahagún, cuya obra de documentación de la cultura náhuatl le llevó a conocer ampliamente este idioma, dio al topónimo el sentido de lugar “En el ombligo de la Luna”.
Etimológicamente Tenochtitlán significa literalmente «Lugar de tunas sobre piedra» (las tunas son las frutas que da el nopal).
Otros autores, como Francisco Javier Clavijero, Cecilio Robelo, Luis Cabrera y Rémi Simeón derivan el vocablo de México, de Mexihtli, nombre alternativo de Huitzilopochtli, de esta manera México sería el “Lugar de Mexihtli”.
Varias investigaciones arqueológicas, aseguran que el islote de México estuvo habitado desde antes del siglo XIV, por lo que la fundación pudo ser posterior a la de México-Tlatelolco, su “gemela” del norte.
A partir de su creación, lo cierto es que la ciudad se convirtió en un satélite independiente tras el establecimiento de una alianza con Texcoco y Tlacopan que derrotó al régimen de Azcapotzalco, dominante en ese entonces.
Los aztecas en los dos siglos siguientes dominaron toda la región, establecieron un imperio y crearon una ciudad que llegó a tener más de 200,000 habitantes, superior a cualquier ciudad europea de la época; la embellecieron con jardines, paseos, puentes templos, edificios imperiales, estatuas, obeliscos y estelas.
Llegó a albergar a más de 2 mil habitantes por kilómetro cuadrado; el diseño geométrico de la ciudad abarcaba 3 kilómetros cuadrados. En ella se edificaron más de 70 templos majestuosos, la mayoría de ellos construidos sobre el lago. Calzadas, avenidas y canales conectaban a la gran ciudad, donde el Templo Mayor (recinto sagrado con templos dedicados a Tláloc, dios de la lluvia, y a Huitzilopochtli, dios de la guerra y del sol) marcaba un lugar emblemático para la sociedad.
Así, la capital de los mexicas se convirtió en una de las mayores ciudades de su época a nivel mundial y fue la cabeza de un poderoso Estado que dominó gran parte de Mesoamérica.
La metrópoli construida dejó maravillados a los conquistadores españoles cuando la conocieron.
Pero como el florecimiento de la ciudad se realizó a costa del tributo pagado por los pueblos sometidos a su poder, cuando los españoles llegaron a las costas de Veracruz, numerosas naciones indígenas se aliaron con ellos con el objetivo de poner fin a la dominación tenochca. Cuauhtémoc —último tlatoani de México-Tenochtitlan— encabezó la resistencia de la ciudad, que cayó el 13 de agosto de 1521 a manos de los españoles y sus aliados indígenas, todos bajo el mando de Hernán Cortés.
Así el conquistador español Hernán Cortés, la arrasó, eliminando en dos meses lo que había llevado dos siglos de progresista civilización, no dejando piedra sobre piedra y destruyendo el gran Imperio Azteca.
México es la castellanización de una voz náhuatl y es el nombre del país en el que se encuentra actualmente la antigua Tenochtitlan así como la Ciudad de México y el estado que también lleva su nombre.
De la fecha de fundación de la ciudad difieren los autores; el 18 de julio de 1325, según información registrada en los códices Aubin, Durán y la Tira de la peregrinación. Para algunos, el 13 de marzo, otros, afirman que el 1 de abril; la Secretaría de Cultura del DF., declara oficialmente el día 26 de julio como el de la fundación de la ciudad de México-Tenochtitlan.
“Llegaron entonces
allá donde se yergue el nopal.
Cerca de las piedras vieron con alegría
cómo se erguía un águila sobre aquel nopal.
Allí estaba comiendo algo,
lo desgarraba al comer.
Cuando el águila vio a los aztecas, inclinó su cabeza.”
Crónica Mexicáyotl.
Fernando Alvarado Tezozómoc.