Un grupo de científicos británicos han creado una máquina para componer éxitos musicales utilizando las leyes de la selección natural de Darwin, según un estudio publicado hoy por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Con este experimento, estos investigadores del Imperial College de Londres querían comprobar si los cambios culturales en el lenguaje, el arte y la música se rigen por los mismos principios del «darwinismo» que afectan a la evolución de los seres vivos.
El programa que han diseñado para demostrar esta teoría, llamado «DarwinTunes», crea melodías de ocho segundos que más de 7.000 voluntarios han escuchado en tandas de veinte y evaluado en una escala de cinco puntos desde «me encanta» hasta «no la soporto».
De estas melodías, las diez con peor puntuación quedaban eliminadas de este proceso o se «extinguían» en términos darvinianos, mientras que las otras eran mezcladas de nuevo por la máquina para conseguir otros veinte nuevos tonos, se «reproducían» entre ellas.
Este proceso se repite una y otra vez, el programa ha llegado de momento a 2.513 «generaciones» de modo que las melodías son cada vez más sofisticadas.
En un experimento, los científicos han sometido estos fragmentos de canciones al juicio de la audiencia que, en general, ha considerado mejores las melodías «más evolucionadas».
A juicio de los autores del trabajo, el resultado de esta investigación demuestra que la evolución de las canciones se rige por las leyes de la selección natural ya que los elementos musicales que no gustan al público son desechados por los autores posteriores.
«La evolución musical es el resultado de la selección de los consumidores, de los productores e incluso de los grupos sociales», apuntan los científicos en su estudio.
«Cada vez que alguien se descarga una canción en vez de otra está haciendo una elección. Así es como las leyes de la selección natural crearon la vida terrestre. Si se pudo hacer de forma fortuita en los seres vivos, sabíamos que podíamos hacerlo con un tema musical», dijo Armand Leroi, científico del Imperial College.
Los comentarios están cerrados.