Washington, 16 may (EFE).- La filósofa estadounidense Martha Nussbaum, galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2012, consideró hoy que Internet ha «facilitado el acoso de las mujeres», al proporcionar «el refugio del anonimato».
La filósofa obtuvo el galardón aún cuando otros nomiados eran los famosos Manuel Castells, sociólogo español experto en redes sociales en internet, y Massimo Livi Bacci, demógrafo italiano.
En una entrevista con Efe por correo electrónico, la profesora de la Universidad de Chicago lamentó que el progreso de la mujer se haya «estancado en muchos aspectos» en los países desarrollados, al tiempo que mejora ligeramente en aquellos que se encuentran en vías de desarrollo.
«Aunque las mujeres superan hoy a los hombres en los criterios para entrar en la universidad en muchos países, aún encuentran discriminación en el lugar de trabajo y en el proceso político. Y lo que es peor, las estadísticas indican que la violencia de género, al menos en Estados Unidos, puede estar aumentando», escribió Nussbaum.
«Internet también ha facilitado el acoso a las mujeres, bajo el refugio del anonimato», aseguró la autora, que ha centrado parte de su obra en defender un feminismo que supere los límites del relativismo cultural.
«Y cuando pensamos en las normas sociales, vemos que, pese a lo mucho que se habla sobre la igualdad, se sigue animando a las mujeres a «empaquetarse» como objetos de consumo para los hombres. Una visita al típico baile de instituto es muy deprimente», añadió.
Nussbaum no cree que existan derechos específicos de la mujer, pero sí considera que ellas «enfrentan a menudo problemas especiales en su camino a lograr» esos derechos universales, que ella denomina «capacidades humanas centrales».
«Las mujeres enfrentan riesgos a su salud, a su integridad física, y a su participación completa en el lugar de trabajo», indicó.
Para la filósofa, «merece la pena usar el género» para analizar los derechos humanos «no porque el objetivo sea lograr derechos diferentes para el hombre y la mujer, sino porque necesitamos entender dónde están los obstáculos en el proceso para conseguirlos, y el género es muy importante en ese sentido».
Aunque defiende el respeto al pluralismo cultural y religioso en la promoción de los derechos, Nussbaum cree que debe haber «límites» a ese enfoque, por ejemplo en los casos en que «los adultos intenten impedir los derechos de los niños a una educación o cuidados de salud adecuados en el nombre de la religión o la cultura».
Mientras que a los adultos se les debe permitir la oportunidad de «comprometer su salud por razones culturales o religiosas» como en el caso del ayuno, los niños «no tienen capacidad de elegir», así que el Estado debe ser «más intervencionista» en su caso y garantizar «obligatoriamente» su salud y su educación.
Además, la filósofa cree que deben tenerse en cuenta «las condiciones y la historia de cada país» en la promoción de los derechos humanos.
«Una regla de libertad de expresión que se ajuste bien a Alemania -la prohibición de los discursos antisemitas y la organización política de esa ideología- sería demasiado restrictiva para Estados Unidos, que tiene una historia diferente», explicó.
Nussbaum, de 65 años, se convirtió hoy en la segunda mujer en recibir el Premio Príncipe de Asturias en esa categoría, un honor que el jurado justificó por su contribución a las humanidades, a la filosofía del derecho y de la política y su concepción ética del desarrollo económico.
Nada más conocerse el fallo, la autora hizo pública una declaración en la que aseguraba sentirse «emocionada y profundamente honrada» de recibir «este prestigioso e importante premio».
«Supone reconocer que el trabajo sobre temas filosóficos tan abstractos como la justicia social, el desarrollo humano y la naturaleza de las emociones puede contribuir a la creación de un mundo más humano y justo», dijo Nussbaum en una nota enviada a la Fundación Príncipe de Asturias.