La nicotinamida o vitamina B3, suministrada a dosis elevadas, aumenta por mil la capacidad del organismo de destruir las infecciones por estafilococo, cada vez más resistentes a los antibióticos, según un estudio llevado a cabo en EEUU.
La investigación, realizada con animales de laboratorio y con sangre humana, reveló que altas dosis de esta vitamina aumentan en 1.000 veces la respuesta del sistema inmunitario contra estas bacterias.
El estudio, obra de científicos del centro médico Cedars-Sinai, el instituto Linus Pauling de la universidad estatal de Oregon, la Universidad de California Los Angeles (UCLA) y otras instituciones, se publica hoy en Journal of Clinical Investigation.
Los investigadores vieron que el suministro de dosis terapéuticas de nicotinamida incrementó el número y la eficacia de los neutrófilos, unos glóbulos blancos especializados que matan y devoran a las bacterias dañinas.
El hallazgo puede abrir nuevas vías para combatir el cada vez mayor número de bacterias resistentes a los antibióticos, sobre todo el «estafilococo áureo» causante de la mayoría de las infecciones hospitalarias.
«Esto es potencialmente significativo, aunque aún debemos realizar estudios con humanos», señaló uno de los autores principales, Adrian Gombart del Instituto Linus Pauling.
Según el científico, la vitamina podría constituir un nuevo método de tratar infecciones por estafilococos en combinación con los antibióticos existentes, ya que estimula el sistema inmunitario.
En el experimento, la nicotinamida fue suministrada en unas dosis muy superiores a las que proporcionaría cualquier dieta normal, aunque en cantidades que ya han sido utilizadas de modo seguro en humanos para otros fines médicos.
Cuando la vitamina B3 fue inyectada en sangre humana a esas dosis, la infección desapareció en solo unas horas, señala el estudio.
Sin embargo, Gombart advierte de que no hay ninguna evidencia de que una dieta normal o suplementos de vitamina B3 tengan un efecto beneficioso en la prevención o tratamiento de una infección bacteriana, por lo que «la gente no debe empezar a tomar elevadas dosis de esa vitamina».
Las principales fuentes naturales de nicotinamida son la carne de hígado y otros órganos, huevos, pescado, cacahuetes, legumbres, los granos (excepto el maíz), la leche y las alcachofas.
Según otro de los autores, George Liu, experto en enfermedades infecciosas en Cedars-Sinai, la vitamina es «sorprendentemente efectiva» contra una de las principales amenazas a las que se enfrenta hoy la sanidad pública y puede ayudar a reducir nuestra dependencia de los antibióticos.
En la década de 1950, con la introducción de la penicilina y las sulfonamidas, los estreptococos fueron desplazados por los estafilococos como agentes de infección hospitalaria y para 1959, año en que aparece la meticilina (una penicilina semisintética), el 60 por ciento de las cepas ya eran resistentes a la penicilina.
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