Un nuevo proyecto liderado por investigadores del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Cataluña analiza cómo el estado emocional del cerdo afecta su bienestar, tanto en la granja como en el matadero.

A partir de análisis fisiológicos y de comportamiento del animal, expertos del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (IRTA) esperan obtener información valiosa que les permita determinar la relación entre el estado emocional del cerdo y la calidad del producto final.

El proyecto Marcadores y Emoción Animal o ANEMOMA (por sus siglas en inglés)  estudia dicha relación, tanto en granja como en matadero, considerando el comportamiento y los biomarcadores fisiológicos del cerdo y los de la carne.

El bienestar animal es un concepto que incluye tanto su salud física como mental, y aunque existan indicadores sobre el confort, el hambre, la salud o las lesiones que pueda padecer un ejemplar, todavía faltan por desarrollar medidas sobre el estado emocional de los animales de granja.

“En una investigación anterior nos percatamos de que el estado emocional del cerdo puede modificar parámetros bioquímicos y celulares de su organismo, que a su vez pueden ser usados como marcadores del estrés”, señala Antonio Velarde, responsable del proyecto ANEMOMA.

Según explica Velarde, “el proyecto actual pretende ir más allá y evaluar el efecto del sexo, del genotipo, de las condiciones de manejo en el sesgo cognitivo e identificar biomarcadores de estrés antes y durante el sacrificio (fases ante perimortem, respectivamente), en la sangre, saliva, cerebro, intestino y carne de cerdo”.

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