El proyecto IMJOVEN, el mayor estudio del mundo sobre las causas de los infartos producidos en mujeres y hombres jóvenes, revela que la recuperación es más compleja en ellas. El trabajo facilita el desarrollo de un tratamiento personalizado al llegar al hospital.
Las hormonas protegen a la mujer del infarto y otras patologías cardiovasculares. Por esta razón, este tipo de eventos cardiológicos son muy raros en féminas que aún no han alcanzado la menopausia.
Sin embargo, en los casos en los que se producen – la cifra supone alrededor del 2.5 % del total-, el pronóstico de las pacientes parece ser peor que el de sus homólogos masculinos.
Para confirmar esta desigualdad e intentar descifrar las causas y las posibles aplicaciones prácticas de las mismas, en 2008 Harlan M. Krumholz, investigador de la Universidad de Yale (EE UU), puso en marcha el estudio VIRGO, uno de cuyos asociados es el proyecto IMJOVEN, en el que participan activamente instituciones españolas como el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).
El trabajo analiza el fenotipo de las pocas mujeres que padecen un infarto antes de los 55 años. Según explica Ana Dopazo, directora de la Unidad de Genómica del CNIC, “no ha sido fácil lograr 357 mujeres afectadas por un infarto agudo de miocardio (IAM), que se han comparado con 170 hombres jóvenes también con IAM”.
En la actualidad los autores trabajan en la recogida de muestras de personas sanas, que constituirán el grupo control. IMJOVEN es más completo que el proyecto estadounidense, ya que además del ADN se ha extraído el ARN de la sangre de las participantes.
“Nuestra idea es hacer un estudio del perfil de expresión génica y de los microARNs de los participantes, para ver diferencias entre hombres y mujeres o entre sanos y enfermos. Este análisis no está incluido en el estudio estadounidense; se podría decir que el español va a ser más completo”, subraya Dopazo.
Conseguir una eficaz prevención
Héctor Bueno, investigador del Hospital General Universitario Gregorio Marañón que también ha colaborado en el proyecto, cree que, cuando los datos del estudio estén disponibles, se podrá ver si los factores de riesgo influyen de forma distinta en el fenotipo y el genotipo de las mujeres jóvenes. “Así se podrían hacer medidas de prevención específicas para mujeres jóvenes”, apunta.
Además, la idea es que sus hallazgos sirvan para que las jóvenes que lleguen con síntomas de infarto de miocardio a un centro hospitalario sean atendidas con un protocolo específico para su sexo, de forma que varíe el manejo de la atención de la fase aguda y, “si se confirma que la evolución del infarto en la mujer joven es distinta en todos los sentidos, se estudie si requieren de una atención específica”.
Terminado ya el seguimiento a 30 días de los pacientes, Bueno comenta que «se presentarán los primeros datos del estudio en la reunión anual de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA), que se celebrará en noviembre en Los Ángeles».
En cuanto al análisis genético, habrá que esperar algo más. Las muestras del grupo control se terminarán de recoger a finales de año y su estudio no estará listo hasta finales de 2013. Para el director del CNIC, Valentín Fuster, estos resultados mostrarán cómo afectan específicamente a la mujer los distintos factores de riesgo cardiovascular.