Las autoridades del estado de Florida (EEUU) han atrapado en un año unos 78.000 caracoles africanos gigantes de tierra, considerado uno de los animales más dañinos del mundo, capaz de provocar daños estructurales en edificios e incluso causar meningitis en humanos.
Así lo anunció hoy el Departamento de Agricultura y Servicios al Consumidor de Florida, un año después de que se detectara la presencia de estos animales en el condado de Miami-Dade, lo que obligó a emprender un plan para controlar cuanto antes esta plaga.
«Después de un año de lucha contra el caracol africano gigante de tierra con todas las herramientas que teníamos a nuestra disposición aún tenemos confianza en que podremos ganar esta guerra», dijo Richard Gaskalla, del Departamento de Agricultura de Florida en un comunicado.
Por el momento no se ha encontrado ningún ejemplar fuera de Miami-Dade, lo que es una buena noticia para las autoridades, que temen que este animal, uno de los caracoles más grandes del mundo, se propague por otros lugares.
Para combatirlos, se prueba con distintas técnicas, desde esconder trampas hasta buscar nuevos tipos de venenos, pasando por eliminar posibles escondites o realizar inspecciones periódicas de compañías de jardinería o gestión de residuos del área.
Pese a estos esfuerzos, el citado organismo advirtió de que aún se necesitará tiempo para eliminar a todos los ejemplares y recordó que, según la legislación federal, han de pasar dos años sin que se detecte ningún ejemplar para que se pueda dar por erradicado.
Estos animales pueden comer más de quinientos tipos de plantas; causar daños estructurales en los edificios, ya que extraen del yeso y el estuco de las edificaciones el calcio que necesitan para crecer, y portar parásitos nematodos perjudiciales para otros animales, incluido el ser humano.
Hace ahora un año saltaron las alertas por la detección en Miami-Dade de este molusco, que puede alcanzar los veinte centímetros de largo y diez de diámetro.
Cada ejemplar, que puede llegar a vivir nueve años, contiene órganos reproductores de ambos sexos y en una puesta pueden producir hasta cuatrocientos huevos, de forma que en un año normal cada uno pone una media de mil doscientos huevos.
El Achatina fulica, su nombre científico, es original de África oriental y se ha establecido a lo largo de la cuenca indopacífica, incluyendo las islas de Hawai. Esta plaga también ha sido introducida en las islas caribeñas de Martinica y Guadalupe, así como en Santa Lucía y Barbados.
En Florida, el último brote que se había detectado y erradicado se produjo en 1966, cuando un niño trajo de contrabando tres ejemplares a Miami como mascotas.
Poco después la abuela del niño los liberó en su jardín y siete años más tarde se contabilizaron más de 18.000 caracoles, una plaga que costó erradicar diez años y más de un millón de dólares.
«Ese es el caso único conocido de erradicación con éxito del caracol gigante africano», aseguraban hace un año las autoridades de Florida, que ahora piden colaboración ciudadana para lograr controlar este nuevo brote.
Según Gaskalla, hasta el momento el 85 % de los ejemplares atrapados se han localizado gracias a las llamadas de los ciudadanos.

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