Una antigua estatua budista sustraída por una expedición nazi en 1938 fue analizada por un equipo de científicos liderados por el doctor Elmar Buchner, del Institute of Planetology de la University of Stuttgart, sorprendentemente los estudios geoquímicos revelaron que la figura fue tallada en ataxite, una rara clase de meteorito de hierro.
La figura tiene aproximadamente 1,000 años de antigüedad y es llamada “El hombre de hierro”, pesa 10 kilogramos y es un hibrido entre la cultura budista y la pre budista, que representa a Vaisravana, el rey del norte, también conocido como Jambhala en el Tibet.
Esta efigie fue descubierta en 1938 por una expedición alemana comandada por el zoólogo Ernst Schäfer, se cree que la figura llamó su atención debido a una suástica[1] que tiene en el centro y por eso la llevaron a Alemania, pero no sabe dónde la encontraron. Una vez en Munich pasó a formar parte de una colección privada y sólo estuvo disponible para estudios después de una subasta en el 2009.
El equipo liderado por Buchner fue el primero que tuvo la oportunidad de analizarla y para su sorpresa descubrieron el material con el que se representó a Vaisravana, un raro tipo de meteorito de hierro con altos contenido de níquel, la ataxite. Los descubrimientos fueron publicados en el journal Meteoritics and Planetary Science, lo que revela que la pieza es invaluable.
“La estatua fue cincelada en un fragmento del meteorito de Chinga, el cual cayó a la Tierra entre las fronteras de Mongolia y Siberia hace aproximadamente 15,000 años. Mientras el primer pedazo fue oficialmente descubierto en 1913 por buscadores de oro, es obvio que el fragmento que conforma a la figura fue descubierto muchos siglos atrás”, dijo el doctor Buchner.
Los meteoritos han sido motivo de adoración en muchas culturas e incluso hoy día, uno de los lugares más importantes de adoración, la Meca en Arabia Saudita, se basa en la Piedra Negra, la cual se cree es un meteorito.
El equipo del doctor Buchner piensa que “El hombre de hierro”, originado en la cultura Bon durante el siglo XI, es la única figura humana tallada en un meteorito, al menos, que se sepa, lo cual significa que no hay punto de comparación para darle un valor.
Referencias:
Elmar Buchner, Martin Schmieder, Gero Kurat, Franz Brandstätter, Utz Kramar, Theo Ntaflos, Jörg Kröchert. “Buddha from space: An ancient object of art made of a Chinga iron meteorite fragment”. Meteoritics & Planetary Science.
[1] Este símbolo, que ha venido apareciendo repetidamente en la iconografía, el arte y el diseño producidos a lo largo de toda la historia de la humanidad, ha representado conceptos muy diversos. Entre estos se encuentran la suerte, el Brahman, el concepto hindú de samsara (reencarnación) o a Suria (dios del Sol), por citar solamente los más representativos. En principio la esvástica fue usada como símbolo entre los hindúes. Se menciona por primera vez en los Vedas (las escrituras sagradas del hinduismo más primitivo), pero su uso se traslada a otras religiones de la India, como el budismo y el yainismo.