Todo lo que voy a señalar tiene sustento científico en el libro Por un uso responsable de los Organismos Genéticamente Modificados elaborado por el Comité de Biotecnología de la Academia Mexicana de Ciencias, en donde se indica que estos organismos y sus productos se utilizan desde hace 30 años sin daño reportado a la salud humana.
En particular, los transgénicos que se usan en el campo como maíz y soya, se usan en muchísimos países y se producen en varias decenas de ellos.
La razón del uso de transgénicos para el campo, es que representan una alternativa más sustentable para contender con las plagas por insectos de los cultivares.
En la actualidad se siguen usando pesticidas químicos no biológicos, como el DDT, o el malation, para contender con las plagas de los insectos.
El propósito de los transgénicos -que son de origen biológico- es reducir el uso de pesticidas químicos que se sabe, generan problemas a la salud y cáncer en animales y humanos.
El uso de transgénicos ha reducido el uso de pesticidas químicos. Sin los transgénicos se estaría contaminando aún más el campo y el medio ambiente con productos químicos, carcinógenos y recalcitrantes. No hay alternativas reales con sustento científico y económico para contender con las plagas por insectos de los grandes cultivares: o son transgénicos o son pesticidas.
Se ha señalado en el libro que existen algunos reportes en la literatura, de posibles efectos negativos en animales por el uso de algunos transgénicos. Asimismo, hemos señalado que si se demostrara de manera concluyente, incluyendo la repetición de experimentos en laboratorios independientes, que hay daño a la salud de animales, habría que retirar el uso de ese producto del mercado, como se han retirado medicamentos que tienen efectos secundarios graves.
En el libro también se señala el trabajo previo del doctor Séralini como uno de los reportes de posible daño a la salud de animales por ingerir alimentos transgénicos.
Los datos previos obtenidos por este grupo, no han cambiado la posición de las agencias responsables como la Food and Drug Administration en Estados Unidos, para suspender el uso de los productos cuestionados.
Los últimos experimentos de Séralini con el nuevo herbicida químico, que ha reportado que este producto químico genera cáncer, no tiene nada de sorprendente y está en el sentido de que los productos químicos, pesticidas y herbicidas, generan problemas serios a la salud animal y humana y se debe suspender su uso; o al menos reducir su consumo para contender con plagas.
Por otro lado, el dato reportado por este grupo de que el maíz transgénico per se, produce el mismo tipo e intensidad de daño que el producto químico, no es creíble. Lo que se deduce es que el maíz transgénico que se usó estaba contaminado por el producto químico que es el causante del daño.
Nosotros mantenemos la misma posición, insisto, ya señalada y sustentada. Este tipo de trabajo debe ser repetido en otros laboratorios independientes. Entiendo que en Francia algunas de las autoridades así lo han señalado. Si yo fuera la autoridad competente, contrataría tres laboratorios de indudable reputación para repetir los experimentos. La razón de lo anterior es que con el mismo tipo de maíz transgénico y otros productos se ha alimentado a animales en diferentes laboratorios en muchos tipos de estudios por diferentes grupos y no han reportado daño. Para mí la explicación más sencilla del aparente daño que se ha hecho al maíz transgénico, es por contaminación del glifosato que es sin duda carcinógeno y hay que prohibir su uso.
Insistimos, si los experimentos independientes demostraran probable daño, habría que retirar ese transgénico del mercado.
Sin embargo, sigue presente el problema extraordinario de contender con la demanda cada vez mayor de alimentos y seguimos usando pesticidas químicos que generan problemas de salud y también cáncer.
¿Cómo contendemos con las plagas por insectos de los cultivares para producir alimento, y cómo contaminamos menos al medio ambiente?
Los transgénicos llevan genes de otro organismo vivo presente en la naturaleza con los que coexisten desde hace miles de años. Por ende, esta tecnología es de bajo riesgo. Toda tecnología tiene riesgo, pero es preferible usar pesticidas biológicos, que químicos carcinogénicos para contender con las plagas.
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