12 voluntarios están a punto de pasar 21 días en la cama, tumbados con la cabeza por debajo de la horizontal. Su experiencia ayudará a comprender y a mitigar los cambios fisiológicos que sufren los astronautas en el espacio y la gente que permanece encamada aquí en la Tierra.
Lejos de ser unos días de descanso y relajación, los sujetos de este nuevo estudio de reposo se someterán a un intenso programa de pruebas y reconocimientos médicos. No se podrán levantar de la cama ni una sola vez, ni para estirar las piernas, cambiar de aires, darse una ducha o ir al baño. Los voluntarios se someterán a estos 21 días de calvario tres veces a lo largo de un año.
A medida que envejecemos, nuestros cuerpos pierden densidad ósea y masa muscular. Los astronautas, cuando viajan al espacio, sufren un deterioro similar, pero a un ritmo mucho mayor que en la Tierra. Aprender a mitigar este proceso es importante para las agencias espaciales, para los hospitales y para todo aquel que tenga previsto envejecer.
Los participantes serán sometidos a un gran número de pruebas y analíticas para estudiar cómo se adaptan sus cuerpos a permanecer en cama durante un periodo prolongado.
Esta investigación forma parte de un programa internacional de estudios de reposo, que tiene como objetivo desarrollar y probar técnicas que ayuden a mitigar el deterioro físico asociado a la vida en órbita, a la vejez y a los periodos de inmovilidad consecuencia de una enfermedad.
Al permanecer tumbados en cama con la cabeza inclinada 6 grados por debajo de la horizontal, los cuerpos de los voluntarios reaccionarán de forma similar a como lo harían en condiciones de microgravedad, pero de forma más barata y segura.
Haciendo ejercicio sin salir de la cama
Los 12 voluntarios estarán divididos en tres grupos para probar distintas técnicas para mitigar la pérdida de masa ósea y muscular. El grupo de control pasará 21 días en cama sin ningún tipo de contramedida, mientras que el segundo grupo seguirá un estricto programa de entrenamiento utilizando máquinas de ejercicio vibratorias y de resistencia.
El último grupo también utilizará estas máquinas, y tomará suplementos dietéticos basados en la proteína de suero de leche, utilizados por los culturistas para desarrollar masa muscular.
Tras el primer periodo de reposo de 21 días, que comenzó el pasado lunes, volverán a la clínica de Toulouse, Francia, un par de veces más. Entre cada sesión de reposo tendrán cuatro meses para recuperarse, descansar en condiciones y saborear el placer de levantarse de la cama cada mañana.