Mucho se está discutiendo sobre este tema: ¿por qué los bosques de África Central se fragmentaron parcialmente hace unos 2.500 o 2.000 años, dando lugar a paisajes forestales más abiertos y a las sabanas? Recientemente, una publicación trataba de explicar que los bantúes, pueblo de agricultores, podrían ser los responsables de esta deforestación ya que fueron ellos los primeros que empezaron a hacer roturaciones a gran escala. Sin embargo, varios especialistas del IRD y sus socios(1) refutan esta interpretación en la revista Science.
La fragmentación del macizo forestal de África Central es el resultado de un violento cambio climático. En efecto, en aquella época, se extendió una aridificación general desde la región más ecuatorial hasta la frontera con el Sahel. Tal y como demuestran numerosos datos, hasta que no transcurrieron 500 años más, es decir hasta hace unos 2.000 años, la colonización y expansión de los bantúes no empezó realmente a ser significativa. Las primeras poblaciones bantúes se habrían simplemente aprovechado de la apertura natural del macizo forestal para adentrarse allí y cultivar aquel suelo con el único objetivo de obtener víveres. ¿Los primeros agricultores bantúes colonizaron los bosques de África Central hace 2.500 años y, al mismo tiempo, hicieron importantes roturaciones, tal y como se ha afirmado recientemente? ¿O bien simplemente aprovecharon un violento cambio climático que fragmentó el bloque forestal y les permitió adentrarse en él con mayor facilidad? Varios especialistas del IRD y sus socios(1) arqueólogos, paleoecologistas y palinólogos(2) defienden esta hipótesis climática en la revista Science. Vida seminomáda Establecidos desde hace 4.000 años entre el límite septentrional del macizo forestal y las sabanas costeras de Gabón, los ancestros de los bantúes dominaban las técnicas de elaboración de la cerámica y de pulido de la piedra. Efectuaban además roturaciones controladas en las lindes para desarrollar una agricultura de roza y quema itinerante. Pero, debido a la poca importancia de ésta, el impacto que tuvo fue muy limitado. Cuando los bosques empezaron a fragmentarse hace 2.500 años, los bantúes apenas acababan de descubrir el hierro: era el principio de la Edad de Hierro. El boom de los bantúes La densidad y la distribución de los registros arqueológicos – piezas de cerámica, herramientas de piedra o de hierro, fechadas gracias a más de 500 dataciones realizadas por radiocarbono – muestran que la colonización masiva de la cuenca del Congo llevada a cabo por los campesinos bantúes empezó hace sólo 2.000 años, y no alcanzó su apogeo hasta hace entre 1.900 y 1.600 años. De forma paralela, todos los datos paleoecológicos disponibles ponen de manifiesto una nueva fase de extensión forestal que también empezó hace aproximadamente 2.000 años según las regiones, demostrando de esta forma que la expansión de los bantúes no entorpeció en absoluto la dinámica natural de la vegetación. La joven civilización simplemente habría aprovechado la apertura del medio forestal para adentrarse en él con mayor facilidad. La extensión de los bosques ha cambiado mucho desde hace 11.000 años Durante el Holoceno Inferior y Medio, es decir hace entre 11.000 y 4.000 años, el dominio forestal estaba mucho más extendido que hoy en día. Durante ese periodo, el monzón aportaba lluvias abundantes y bien repartidas a lo largo del año. Pero hace aproximadamente 4.000 años, diversos datos geológicos y palinológicos pusieron en evidencia una primera contracción importante del macizo forestal en beneficio de las sabanas. Este fenómeno fue el resultado de una brusca disminución de las lluvias del monzón que los paleoclimatólogos atribuyeron a una bajada de temperaturas de las aguas de superficie en el Golfo de Guinea(3). Sin embargo, la disminución de las lluvias no afectó al corazón de los grandes macizos forestales. Nueva fragmentación hace 2.500 años Los registros sedimentarios y polínicos, así como el estudio de los restos vegetales que se han hallado en los yacimientos arqueológicos, nos revelan que una nueva perturbación sobrevino hace 2.500 años. Ésta, claramente mucho más importante que la anterior, afectó muchísimo a todos los medios forestales de África Central, provocando la proliferación de árboles pioneros y plantas herbáceas característicos de los bosques degradados y de las sabanas. La fuerte erosión asociada a este fenómeno nos indica que había sido causada por un predominio de lluvias tormentosas y un cierto acortamiento de la estación húmeda. La erosión ocasionada por ese régimen de lluvias sostenido durante varios siglos puso de relieve muchos antiguos suelos que fueron al mismo tiempo «barridos», provocando de esa forma un fuerte enriquecimiento de aluminio y de potasio de los sedimentos transportados por el río Congo. Tal vez el descubrimiento de esta concentración tan elevada en los depósitos submarinos del río Congo haya conducido a algunos investigadores a formular la hipótesis errónea de una intervención “antrópica” para explicar la deforestación de África Central. Las actividades humanas actuales tienen con frecuencia un impacto devastador sobre el medio ambiente debido a la fuerte influencia geográfica de las poblaciones. No obstante, no se deben señalar como responsables a estas actividades del pasado, sobre todo porque se produjeron en el contexto de un cambio radical ecológico enorme que afectó a los medios forestales de África Central hace 2.000 o 2.500 años. En efecto, los trabajos de los arqueólogos y paleontólogos demuestran que el poblamiento de los bantúes había sido muy reducido durante aquel periodo y, por lo tanto, insuficiente para provocar una perturbación tan acusada. Sólo una profunda modificación del régimen climático en el conjunto de la subregión pudo ser capaz de causar semejante transformación del paisaje. (1) Del CNRS, del Cirad, de las Universidades de Montpelier, Perpiñán y Estrasburgo en Francia, de Frankfurt y Tubinga en Alemania, de Gante y de Bruselas en Bélgica, de Melbourne en Australia, de Ginebra en Suiza, de Stony Brook en Estados Unidos, de Newcastle en Reino Unido, del Herbario Nacional de Camerún y de varios Institutos de investigación de Camerún y de Gabón. (2) El palinólogo estudia los pólenes fosilizados en los depósitos sedimentarios. (3) Relacionados con el desencadenamiento de la temporada de lluvias.