Un equipo multidisciplinario de investigadores trabaja para acercar a las personas la posibilidad de utilizar en terapias lascélulas madre de cordón umbilical. Este tipo de células sólo puede obtenerse tras el parto y se extrae una cantidad reducida, es por esto que las creación de las condiciones para su multiplicación in vitro es uno de los aspectos que aborda el trabajo de los investigadores.
“Nuestro objetivo es la democratización del uso de la sangre del cordón umbilical de los progenitores hematopoyéticos. Que pueda ser utilizada cada vez más por mayor cantidad de personas, que no se quede en grupos pequeños, sino que llegue, lo más profundamente posible, a todos los actores de la sociedad y cubra todos los grupos étnicos”, explica Ricardo Dewey. “Además buscamos que puedan multiplicarse las células in vitro, para lograr una accesibilidad más amplia, que sirva también para adolescentes y adultos”. Cabe aclarar que los progenitores hematopoyéticos son aquellos responsables del proceso de formación, desarrollo y maduración de los elementos que forman de la sangre.
Los investigadores del IIB – INTECH se proponen detectar los problemas y fisuras en la posibilidad de un mayor acceso para presentarlos y que sean tomados como un aporte científico en los distintos órdenes. Además, tienen un anhelo aún mayor: “Llevar la investigación a la información pública”.
Ricardo Dewey, doctor en Ciencias Naturales y licenciado en Biología, investiga células madre desde hace doce años. Se especializó en terapia génica en Londres y luego, en Alemania, se dedicó a las células madre hematopoyéticas, aquellas que se encuentran en la médula ósea y tienen la capacidad de convertirse en todas las células de la sangre. En la actualidad, dirige el laboratorio de Terapia génica y células madre del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas “Dr. Rodolfo A. Ugalde” (UNSAM-CONICET), sede Chascomús, donde con la doctora en Ciencias jurídicas Marisa Miranda y el doctor en Historia Gustavo Vallejo, trabajan por la democratización de la utilización terapéutica de las células madre de cordón umbilical.
Se trata de una investigación basada en la células madre mesenquimales, que están ubicadas en la médula ósea y tienen la capacidad de convertirse en hueso, cartílago y grasa y de sustentar el crecimiento de las células madre hematopoyéticas. Argentina Investiga entrevistó a los científicos, quienes cuentan cómo desarrollan su trabajo y explican la situación actual de la búsqueda de la democratización de células madre.
-¿Qué son y para qué sirven las células madre?
-Ricardo Dewey: Son células del cuerpo que no están especializadas, no cumplen una función. Tienen una doble capacidad, pueden multiplicarse y convertirse en más células madre o, bajo determinadas señales, transformarse en una célula diferenciada con una función específica. Hay varios tipos de células madre: las que están en el embrión y las que tienen los adultos como reservorio, que son las encargadas de mantener al órgano con una función estable. En el corazón, en el cerebro, en el intestino y hasta en la grasa tenemos células madre.
-¿Cuál es la diferencia entre las embrionarias y las adultas?
-RD: Las células madre embrionarias pueden convertirse en todas las células del cuerpo, en cambio, las células madre adultas tienen un potencial más definido: entre éstas, las hematopoyéticas de la médula ósea pueden transformarse en glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas. De igual manera, las células madre y progenitores hematopoyéticos que se obtienen del cordón umbilical también corresponden a esta última categoría.
-¿Cuáles de estas células son las más utilizadas en trasplantes?
-RD: En los últimos años hay una tendencia a usar más sangre del cordón umbilical en trasplantes para el tratamiento de enfermedades hematológicas. Esto se debe a que las células madre hematopoyéticas del cordón umbilical son menos diferenciadas que las de la médula ósea. Por ejemplo, para el trasplante tradicional alogénico de médula ósea (trasplante de precursores hematopoyéticos) tiene que haber una compatibilidad de seis moléculas entre donante y receptor para que haya éxito en el injerto. Al utilizar sangre del cordón, la compatibilidad necesaria es de cuatro sobre seis, por lo cual las chances de éxito son más altas. Además, de esta manera más personas tienen la posibilidad de utilizar una misma unidad de sangre de cordón umbilical.
-¿Qué inconvenientes puede presentar la sangre del cordón umbilical?
-RD: El problema es que esta sangre sólo puede obtenerse en un momento de la vida, tras el parto. Y se extrae una cantidad restringida: del total de células nucleadas en el cordón umbilical, alrededor del uno por ciento son células madre y progenitores hematopoyéticos. Lo ideal sería contar con métodos apropiados para la multiplicación in vitro de estas últimas.
-¿Cuál es el problema de estos métodos?
-RD: Que estas células no son fáciles de reproducir in vitro, se necesita reconstruir ciertas condiciones para hacerlo; condiciones que aún no se sabe completamente cuáles son. Por eso, con este proyecto intentamos identificar, mediante modificación genética de células de soporte, las condiciones apropiadas para que se produzcan más factores de crecimiento y así se ayude a multiplicar las células del cordón umbilical.
-Luego del parto las células se guardan en bancos de sangre de cordón umbilical: ¿cómo funcionan los públicos?
-Gustavo Vallejo: Los bancos públicos no tienen fines de lucro y son gratuitos para cualquier persona que lo necesite. El donante no tiene el control sobre su sangre sino que pone a disposición su muestra para que pueda ser utilizada por cualquier persona en cualquier lugar. Si la compatibilidad de un paciente está en sangre almacenada en Alemania, desde allí la envían, ya que funcionan en red. El problema, en un caso así, está en el costo de traslado; al igual que lo es la dificultad de obtener muestras de determinados grupos étnicos, como los tobas o los mapuches.
-¿Y los bancos privados?
RD- Los bancos privados sí tienen fines de lucro. Pero lo que no explican que la muestra no sirve ni para el adolescente ni para el adulto: para tratar a un adulto es necesaria la interacción con el banco público, que puede ofrecer otra muestra para poder unirla y tratar a una persona más grande.
GV-El trasfondo de esta situación tiene que ver con una mirada social que trasciende este caso y que ubica a lo público y a lo privado en la misma disyuntiva que se instala en otros órdenes de la vida. Pero acá salta a la luz una paradoja curiosa: los bancos privados se presentan como eficientes y los custodios de la vida de tu hijo, pero el uso autológico -iniciativa propia del donante- sirve por poco tiempo y para pocas enfermedades. Guardar la sangre propia va en contra de la posibilidad de resolver mayores problemas: al tener mayor cantidad de muestras, el banco público, en cambio, puede tener mayor posibilidad de respuesta.
(Universidad Nacional de San Martín, Argentina- Instituto de Investigaciones Biotecnológicas)