Nebsenu, es el nombre con el que reconocen a una estatuilla egipcia que se encuentra en el Museo de Manchester, Inglaterra y que gira sobre si misma sin que nadie la toque. Y se carece de una explicación sobre lo mismo.
Nebsenu ha estado en el Museo de Manchester durante los últimos 80 años, al igual que las momias de otros personajes del antiguo Egipto y los sarcófagos sacados de las tumbas de ese país legendario.
La estatua de Nebsenu tiene una altura aproximada de 25 centímetros, representa una ofrenda al dios egipcio Osiris y fue encontrada en una tumba que data del año 1800 a.c.
Los cuidadores del museo comenzaron a notar que la posición de la figuraba variaba durante el día, lo que les llevó a suponer que podía ser una broma, por lo que decidieron colocar una cámara para observar lo que pasaba.
La primer corrida, de 24 horas de grabación, los maravilló, al observar como la estatua comenzaba a girar sobre si misma.
Ante esto colocaron la cámara por más tiempo, para observar lo que ocurría y vieron que la estatua mantenía su movimiento sobre si misma hasta completar una vuelta.
La figura se desliza durante el día, pero permanece inmóvil durante la noche.
El egiptólogo Campbell Price, curador del Museo, es el único que tiene la llave de la vitrina donde se encuentra la estatuilla y al observar que se había movido la colocó en su posición original, para encontrar al día siguiente que se había movido de nuevo.
En el antiguo Egipto, refirió, creían que si la momia era destruida, entonces la estatua albergaría el espíritu del difunto.
Entonces, si la reliquia tiene el espíritu de Nebsen, esto podría causar el movimiento.
Una explicación más racional aventura que el movimiento podría ser provocado por la vibración de los visitantes que llegan al Museo de Manchester
Brian Cox, doctor en física consultado por el diario Daily Telegraph, considera que el movimiento de la imagen se provoca por un fenómeno llamado «fricción diferencial», que consiste en el contacto que tienen dos superficies, -en este caso la piedra serpenteante de la base de la estatuilla y el vidrio-, se causa una sutil vibración, que es lo que hace girar la estatua».
Pero la hipótesis igualmente es cuestionada porque –aseguran otros expertos- el movimiento no generaría el circulo perfecto en que se mueve la estatuilla.
Sea cual sea la causa, por lo pronto las visitas al Museo se multiplicaron sustancialmente para conocer por lo menos a “la estatua que se mueve”.