Los arrecifes de coral son algunos de los ecosistemas más productivos de la Tierra, sin embargo prosperan en aguas que carecen de nutrientes –el equivalente marino de los desiertos terrestres–. El fenómeno, que se conoce como «paradoja de Darwin» porque llamó la atención del naturalista durante su expedición en el Beagle, ha intrigado a los científicos durante años.
Un equipo de investigación, formado por varias instituciones holandesas y liderado por la Universidad de Ámsterdam, ha descubierto que las esponjas de mar juegan un papel importante en el reciclaje de materia orgánica para las comunidades de arrecifes de coral, y convierten los restos disueltos del coral y las algas en materia de partículas nutritivas que pueden consumir organismos más grandes, tales como los caracoles y cangrejos ermitaños.
Por este sistema recién descubierto se generan casi tantos nutrientes como todos los productores primarios en una comunidad de arrecifes completa.
“El ‘circuito de la esponja’ ayuda a explicar cómo puntos calientes biológicos, como los arrecifes de coral, pueden persistir en aguas con menos nutrientes. También podría ayudar a mejorar los esfuerzos de conservación de los arrecifes”, según los investigadores.
“Otros ‘desiertos marinos’, como los arrecifes de coral de agua fría del océano profundo o arrecifes mediterráneos templados, podrían utilizar también este circuito de la esponja marina para reciclar sus nutrientes”, concluyen los expertos.