Un mercado interno deprimido y una excesiva vulnerabilidad de la economía frente al exterior es la consecuencia de la reducción persistente de los salarios reales bajo el argumento de que ante las crisis recurrentes es mejor sacrificar el salario que el empleo, expresó el doctor Roberto Gutiérrez Rodríguez, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en el Seminario 2013 Teoría y política económica y social en México. 

La aprobación de la nueva Ley Federal de Trabajo (LFT) en noviembre de 2012 y la evolución de El pacto por México en el primer año de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, claramente evidencian que las tendencias negativas persistirán por lo menos hasta 2018, indicó el investigador del Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa.

La discusión sobre las reformas estructurales no debe confinarse a los partidos políticos, pues se trata de un debate en el que está en juego la repartición de los costos y beneficios del desarrollo económico y que por definición pone en la mesa de discusión al capital y al trabajo.

Al dictar la conferencia El papel de la iniciativa privada en las reformas laborales y hacendarias: implicaciones para los salarios mínimos, indicó que desde una perspectiva macroeconómica en México los salarios mínimos representan 25 por ciento del valor real que en 1997, las oportunidades de empleo formal se han reducido, las prestaciones sociales y económicas están disminuyendo y las condiciones en los centros de trabajo son mal reguladas.

A 100 años de una revolución armada realizada en aras de una sociedad igualitaria y a 40 de la puesta en operación por parte del Gobierno Federal de programas asistenciales, la desigualdad y la mala distribución del ingreso han aumentado ostensiblemente.

La sustentación de la competitividad en México a partir de los salarios bajos ha llevado a los empresarios al extremo de oponerse a cualquier posibilidad de mejoramiento de las condiciones de los trabajadores, esto llevó en noviembre de 2012 a la eliminación de un área geográfica para fines salariales y a un incremento real de los salarios mínimos promedio de dicho año respecto al anterior.

En el marco de la nueva LFT las empresas presionan a sus sindicatos a acepar modificaciones al texto de la cláusula salarial de sus Contratos Colectivos de Trabajo a fin de fijar salarios piso más bajos afectando a los trabajadores de nuevo ingreso; las prestaciones adquiridas con los años también se han visto afectadas pues 47 por ciento del valor de éstas ahora están sujetas a gravamen y en otros casos se han reducido progresivamente, el incremento de jóvenes menores de 18 años en la plantilla laboral bajo condiciones desfavorables tiende a sustituir progresivamente a los trabajadores mayores de 45 años.

En consecuencia el Pacto por México perderá la oportunidad de alcanzar el consenso social que en la práctica debería sustentar su viabilidad del mediano y largo plazos.

Es necesario considerar que el mejoramiento de la situación de los trabajadores es una consecuencia lógica del desarrollo; sin embargo, propiciarlo requiere de voluntad por parte no sólo de la institucionalidad pública, sino también y muy particularmente de la iniciativa privada, principal generadora de empleos.

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