Los tres hombres y las dos mujeres que el 27 de febrero fueron los primeros en participar en las visitas experimentales de Altamira mostraron su «emoción» tras entrar al interior de la cueva, donde han podido ver unas pinturas que, según aseguran, a simple vista «conservan bastante fuerza». 

Y ese ambiente de nervios y emoción se percibía ya desde primeras horas de la mañana en el museo de Santillana del Mar (Cantabria), cuyo personal lleva semanas preparando este día para que todo saliera a la perfección. 

El Museo y Centro de Investigación de Altamira ha iniciado las visitas experimentales al interior de la cueva original –cerrada al público desde 2002– para probar, hasta después del verano, el efecto de la presencia humana en unas pinturas rupestres de hasta 20.000 años de antigüedad. 

La estancia en la cueva durará 37 minutos, siguiendo un itinerario que establece los tiempos que se permanecerá en cada uno de sus espacios.

Esas visitas con cinco personas más el guía cada semana, se elegirán por sorteo entre quienes acudan al museo, con el fin de dar continuidad a los estudios que se están realizando sobre el estado de la cueva desde septiembre de 2012. 

El Museo de Altamira inicia las visitas experimentales a la cueva acordadas en la última reunión del Patronato, que decidió abrir la cavidad a grupos de cinco personas semanales y estudiar el impacto sobre sus pinturas.

Las visitas a Altamira se ajustarán a un protocolo de acceso que exige, entre otras cosas, utilizar monos desechables, gorro, mascarillas y calzado especial que el propio museo facilitará a los visitantes.

– La datación por series de uranio arroja hasta 35,000 años del arte rupestre en las Cuevas de Altamira

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