Lograr un consenso para que quienes consumen drogas no sean considerados delincuentes por el hecho de hacerlo, sería el principio que permitiría construir un marco jurídico a diferentes niveles sobre el tema de las drogas, propuso el doctor Juan Ramón de la Fuente Ramírez.
Esa estrategia, en opinión del ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tiene viabilidad, porque de lo que se trata es generar consensos o, por lo menos, construir mayorías, aunque este proceso, advirtió, tomará tiempo pues los acuerdos que se vayan tomando serán secuenciales.
En entrevista realizada ayer en el marco de la XXXV Feria Internacional del Libro en el Palacio de Minería al concluir su participación en la presentación del libro de Óscar Prospero García: Las Adicciones; De la Fuente señaló que “es una trama compleja y por eso creo va a tomar algunos años, hay que verlo en Estados Unidos donde está tomando tiempo, pero por distintas vías lo que está sucediendo ahí es la legalización de la mariguana”.
Indicó que el caso de Uruguay, donde se legalizó recientemente la mariguana en toda su cadena (desde la producción hasta el consumo), es un gran referente, aunque reconoció que se trata de un país con condiciones particularmente singulares. “Pero otras democracias más complicadas se van moviendo en ese sentido. Que nadie se asuste si esto sigue entre nosotros durante algunos años, al contrario, mientras el debate sea de altura con argumentos sólidos y se escuchen todas las voces, estaremos avanzando correctamente”.
El ex secretario de Salud insistió en el tema de la no criminalización: “Por eso partiría del principio que puede ser el mayor punto de consenso si asumimos el acuerdo en que quienes consumen drogas no son delincuentes, y este es el punto central para poder avanzar”.
Minutos antes, durante la presentación del libro en el auditorio Bernardo Quintana, que resultó insuficiente para un numeroso público que abarrotó las butacas y los pasillos del salón, el doctor José Franco, presidente de la AMC, hizo la presentación inicial y señaló que el cerebro humano en su gran complejidad, era el asiento de múltiples funciones y además de los centros reguladores del placer, al mismo tiempo que del fenómeno de las adicciones.
De la Fuente rescató conceptos de la obra que en su opinión resultan fundamentales para comprender el tema de las adicciones. En primer término considerar este fenómeno dentro del campo de la salud y no en el de los sistemas judiciales.
El ponente resaltó del texto de Prospero García, médico cirujano por la UNAM y doctor en neuroiciencias, la división que hace de las drogas: naturales y sintéticas. “Esta es una clasificación mucho mejor que la que actualmente prevalece –que es la de sustancias ilegales y legales– y me gusta todavía más la clasificación que sería un paso más allá de lo que se plantea en el texto y es la que colocaría a las drogas por sus daños a la salud. Ese es el enfoque ideal, porque entonces veríamos cómo drogas legales, como el tabaco o el alcohol, son muchos más dañinas y perjudiciales que algunas drogas ilegales como la mariguana en términos de salud individual y colectiva”.
Lo anterior, explicó, porque cada sustancia tiene un factor de riesgo variable. “Por ejemplo, el riesgo de volverse adicto a la nicotina entre los que fuman es de 32%, el que consumen mariguana es 9%; a la heroína 23%, anfetaminas 11%, alcohol 15%… aquí es donde empieza el verdadero enfoque de salud pública, en el que hoy afortunadamente vamos avanzado porque algunos políticos ya lo incorporaron a su discurso. El siguiente paso es que lo entiendan. Entonces el punto fundamental y que tiene que quedar claro es que hay riesgos diferentes, no es lo mismo un usuario de mariguana que el de nicotina, pues el segundo tiene más riesgo de volverse adicto”.
El ex presidente de la AMC aseguró que no todas las drogas son necesariamente malas pues depende del uso que se les dé y en qué condiciones se les utiliza, por ejemplo el uso terapéutico para aliviar el dolor de aquellos enfermos terminales y por el cual se necesita de un marco jurídico para su uso liberal en los hospitales, para que las personas puedan morir con dignidad sin sufrir el dolor.
De la Fuente dejó en claro que su postura no significa que las drogas no son dañinas y remarcó que todas potencialmente lo son, especialmente las sintéticas (como las metanfetaminas o el éxtasis) y particularmente en los menores de edad.
Asimismo, Juan Ramón de la Fuente informó que de acuerdo con los últimos datos de la ONU, el mercado de cannabis representa por lo menos, en cifras muy conservadoras, 140 mil millones de dólares al año, la cocaína 85 mmd y la heroína 55 mmd, un tema que por sí mismo puede ser estudiado ampliamente.
Óscar Prospero García comentó brevemente que lo que intentó hacer a través del libro fue informar y resolver de manera sencilla y accesible algunas preguntas como: ¿por qué nos podemos volver adictos?, ¿cómo ocurre y qué sucede en el cerebro? y ¿todos podemos ser adictos?