La Wilhelmstrasse berlinesa, centro de la vida política alemana desde finales del siglo XIX, centra la muestra que abre hoy sus puertas en la capital alemana y que aborda las notables transformaciones que vivió esta calle del distrito gubernamental con la llegada de los nazis al poder.
Esta vía, que lleva el nombre del emperador Guillermo (Wilhelm) I de Prusia, era originariamente un selecto barrio residencial que después de 1871 se convirtió en sede de los principales ministerios del imperio.
«Y qué dice «la Wilhelmstrasse», se decía ya en tiempos del imperio alemán, como quien habla hoy de Berlín» como sinónimo de Gobierno alemán, recordó Andreas Nachama, director del centro de documentación «Topografía del Terror», que acoge la muestra, durante la presentación de la misma.
Con el ascenso de Adolf Hitler al poder en 1933, los nacionalsocialistas se trasladaron a ese barrio gubernamental e imprimieron su sello: establecieron nuevos ministerios y reestructuraron otros, construyeron edificios y reformaron otros.
«Es casi como un sueño. La Wilhelmstrasse nos pertenece», declaró el 30 de enero de 1933 el que sería ministro de Propaganda del Reich, Joseph Goebbels, según recuerda esta muestra, que podrá verse hasta el próximo 25 de noviembre.
La Wilhelmstrasse albergó las sedes de los principales estamentos represivos del Tercer Reich, de la Gestapo a las SS, y se convirtió en uno de los grandes escenarios políticos de marchas y desfiles.
La exposición, titulada «La Wilhelmsrasse, 1933-1945: Ascenso y hundimiento del distrito gubernamental nazi», «se concentra en los 12 años de la dictadura nacionalsocialista y en cómo estampó su huella y transformó la calle para sus propósitos», señaló la comisaria de la misma, Claudia Steur.
La muestra consiste en una «maqueta transitable» que invita a realizar un paseo imaginario por el distrito gubernamental, con la ilustración de 19 ministerios y administraciones e información sobre los mismos, a la que se puede acceder abriendo la puerta que se encuentra en la fachada simulada.
«Cada visitante puede decidir personalmente si quiere averiguar qué se esconde detrás de cada fachada. Esta doble dimensión se encuentra delante y detrás de la fachada», señaló Steur, quien recordó que la muestra ilustra las transformaciones tanto visibles como no visibles de la Wilhelmstrasse.
La muestra, que presenta unas 200 fotografías y documentos, incluye también un panel interactivo que permite acceder al interior de la nueva Cancillería de Hitler, y seis columnas que completan la presentación con información sobre acontecimientos especiales.
Las primeras bombas aliadas cayeron sobre el distrito gubernamental en 1943, lo que dio inicio a la construcción del «búnker del Führer» como refugio de Hitler y las principales autoridades del régimen nazi.
Cuando Hitler se suicido en su búnker el 30 de abril de 1945, el distrito gubernamental había quedado reducido a escombros, y tras la capitulación de Alemania y la división de la ciudad y el país en cuatro zonas aliadas, la calle quedó integrada en el sector soviético.
El recorrido se cierra con un capítulo sobre el «proceso de la Wilhelmstrasse» -uno de los doce juicios contra altos funcionarios del régimen nazi organizados por un tribunal militar estadounidense tras el fin de la II Guerra Mundial-, y el desarrollo de la calle hasta nuestros días.
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