La Fundación José Saramago fue inaugurada hoy con una ceremonia oficial que se realizó en la Casa dos Bicos de Lisboa y también fue abierta al público una exposición permanente sobre la vida y obra del célebre escritor portugués ganador del Premio Nobel de Literatura.
La ceremonia de inauguración comenzó con la exhibición de un fragmento del discurso que ofreció Saramago durante el brindis en el banquete que le ofrecieron tras recibir el Premio Nobel en Suecia en 1998.
En esa ocasión, el novelista portugués pidió «más responsabilidad» tanto «a los gobiernos como a los ciudadanos» en la defensa de la Declaración de los Derechos Humanos, en el año en que se cumplía su 50 aniversario.
Ahora, uno de los primeros objetivos de la Fundación José Saramago es el de proponer la Declaración de los Deberes Humanos, en cuya redacción ya trabaja la Fundación en colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México y diferentes personalidades de todo el mundo.
La que fue compañera sentimental de Saramago, la escritora Pilar del Río, señaló que la idea es presentar la declaración antes de que termine el año en Lisboa, y después llevarla ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
«Somos herederos del Ensayo sobre la Ceguera y el Ensayo sobre la Lucidez y queremos que la claridad que José Saramago expresó en sus obras sirva para intervenir en un mundo que necesita alternativas y voces discrepantes si no quiere morir de asfixia», expresó Pilar del Río.
«Si esta casa no provoca el desasosiego es porque no estamos cumpliendo con nuestra misión o porque nos hemos dejado llevar por la indiferencia, porque para continuar el espíritu que alberga esta casa hay que provocar el desasosiego», explicó del Río al hablar sobre la Casa dos Bicos, que será la sede de la Fundación.
También fue inaugurada una exposición permanente titulada «A Semente e os Frutos» (La Simiente y los Frutos) sobre la vida y obra del escritor portugués.
Según el comisario de la exposición, Fernando Gómez Aguilera, se trata de un «expolio de Saramago. Es un valiosísimo caudal de materiales de un Premio Nobel, el único de la lengua portuguesa, que regresa a su casa para ponerse a disposición de los visitantes, de los investigadores y de la cultura».
Además, el comisario presidente de la Fundación, Jorge Manrique, indicó que con esta exposición «se cierra un ciclo de la mejor manera posible».
«Hace un año regresaban las cenizas de Saramago a su tierra, un año antes regresaban sus restos a su país y ahora regresa su expolio, su patrimonio, las palabras y sus papeles, que están llenos también de conciencia», destacó Manrique.