La exposición “Transcurso” de Manuel Salinas Aréllano, es una forma de festejar 30 años en la fotografía, aunque la muestra tenga 42 ejemplares de su obra, las cuales son una selección de su trabajo aglutinado en seis series que ha conformado desde 1982, cuando tomó la cámara y empezó a imprimir imágenes.
La muestra la inauguró el director del Teatro de la Reforma Mtro. Miguel Zamudio Abdalá, ante un público amplio y diverso, mencionando, de manera muy emotiva, que con esta exposición retrospectiva Manuel Salinas festejaba su aniversario.
Cada una de sus imágenes tiene, de manera explícita o como trasfondo, a la ciudad, presentada en alguno de sus paisajes, en el retrato de sus habitantes, en alguno de sus rincones, en un poema bien escrito.
La exposición está abierta a todo el público, tanto para quienes asisten a alguna de las actividades que en el Teatro de la Reforma se realizan, como para el público que acude a recorrer la galería, específicamente.
La obra de Manuel Salinas, como dice el crítico de arte Alberto Arceo, se relaciona con los intercambios entre la ciudad y el cuerpo humano, es decir, cómo su interacción incide y transforma uno al otro. Las fotografías son testimonios de cómo la corporeidad activa y transgrede la ciudad no sólo en el dinamismo y el dibujo urbano, sino también, a medida del contacto con la urbe, la esencia y rumbo de la vida de cada uno de sus huéspedes.
Intersticios hace referencia, justamente, a los espacios rebuscados, a las ocultaciones, a las huellas y a las texturas de la ciudad que de cierta forma tienen un símil con nuestro cuerpo y, que, revelan imbricaciones con la individualidad del habitante.
Las fotografías, mezcladas, superpuestas, compuestas, fundidas, también son una suerte de imagen dentro de la imagen, de historia dentro de la historia. Esto connota no sólo ser una obra de múltiples interpretaciones sino, también, que el grado de formulación artística ha pasado por diversos filtros superando obviedades. Manuel Salinas muestra un trabajo con el que se ha comprometido. Ahora nos invita a pasear por sus imágenes del cuerpo en la ciudad y viceversa, escogiendo nuestros propios caminos, refiere Alberto Arceo.
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