Ave Barrera García, ganadora del Premio Latinoamericano de Primera Novela Sergio Galindo 2013 de la Universidad Veracruzana (UV), por su obra Puertas demasiado pequeñas, aseguró que para estimular a las nuevas generaciones de escritores es necesaria una crítica literaria auténtica y profesional.
Barrera García, oriunda de Guadalajara, Jalisco, participó en el concurso convocado por la Editorial UV con el seudónimo de Rudolf von Sebottendorf. Es la primera mexicana que gana este certamen y la segunda mujer en obtenerlo.
La novel escritora opinó que la literatura mexicana se ha fortalecido en los últimos años, sin embargo consideró que aún hay mucho que aprender y experimentar, y esto dependerá, en buena parte, de los críticos.
“Se requiere de una crítica literaria auténtica y profesional que estimule la creación sin exacerbarla, ya que muchas veces obstaculiza el verdadero trabajo de creación literaria”, destacó.
A los jóvenes creadores, les aconsejó no dejar de escribir con disciplina y empeño, porque el talento literario no es nada sin la disciplina, ganas, empeño, insistencia y mucha terquedad para desarrollar un buen trabajo.
Y agregó: “Es muy evidente que viene una generación de escritores jóvenes pujantes, se ve que generación tras generación se mejora el panorama literario”.
Para Ave Barrera, “los gatos son la mejor compañía para un escritor”. Confesó estar obsesionada con estos animales porque los considera maravillosos, mágicos y grandes compañeros, lo cual se muestra en la escritura de un cuento infantil titulado “La fuga”.
“Trata de un gato que se quiere escapar de su casa y descubre a un gato volador que cayó del edificio. Es un cuento para niños, porque también escribo literatura infantil, espero que salga pronto, será un audio-libro”, adelantó.
La autora de Puertas demasiado pequeñas recordó que el gusto por contar historias surgió en su niñez, etapa en la que escribió algunos relatos. Sin embargo, el trabajo y estudio sobre la crítica literaria, así como la investigación, le dejaron poco tiempo para dedicarse a lo que realmente deseaba: escribir.
Narró: “Llegó un momento de una toma de conciencia, como un clic, en el que dije que lo que quería realmente hacer y a lo que me quería dedicar era a la literatura, a la escritura”.
En la actualidad cursa la Maestría en Letras Modernas Portuguesas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y compartió que le tomó tres años construir la historia de Puertas demasiado pequeñas. En el primer año, escribió los cimientos de la novela, tiempo en que también obtuvo la beca de Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), uno de sus principales alicientes.
Su tutora fue la periodista y escritora Mónica Murguía, quien hace poco recibió el Premio de Literatura Juvenil e Infantil “Gran Angular 2013”, de la Editorial SM por su obra Loba.
La novela, Puertas demasiado pequeñas consta de 190 cuartillas, y relata la historia de José Federico Burgos, un talentoso pintor autodidacta que se encuentra en el punto más álgido de una crisis personal, cuando un excéntrico anticuario le ofrece la oportunidad de su vida: falsificar una tabla del siglo XV atribuida a Gossaert Mabuse.
Conforme se adentra en la copia de la pintura, José deberá desentrañar los secretos más oscuros de la familia del anticuario y desencadenar así una compleja intriga que lo llevará a los límites de la razón y lo pondrá cara a cara con el dolor, la renuncia y la muerte.
Su primera novela concursó junto con otras 124 obras en el Premio Latinoamericano de Primera Novela Sergio Galindo 2013. “Sirvió de estímulo para una renuncia total a cualquier otra actividad que no sea la escritura y entregarse completamente a este trabajo”, refirió.
Por último, apuntó que trata de transmitir que la literatura también puede ser emocionante, divertida, con un goce fresco, al tiempo que se da un acercamiento a las experiencias humanas que se viven a través de la transformación de los personajes.