La misión Kepler, de la NASA, confirmó el 5 de diciembre de 2011 la localización del primer planeta dentro de la «zona habitable» de una estrella distante similar al Sol.
El planeta, denominado Kepler-22b, tiene cerca de 2,4 veces el radio de la Tierra. Los científicos desconocen aún si la composición de Kepler-22b es predominantemente rocosa, gaseosa o líquida, pero su descubrimiento es un paso adelante en la búsqueda de planetas similares a la Tierra.
La llamada «zona habitable» de un sistema planetario se refiere a la banda de órbitas donde podría existir agua líquida sobre la superficie de un planeta.
Kepler-22b está localizado a una distancia de 600 años luz. Aunque el planeta es más grande que la Tierra, su órbita, de 290 días alrededor de una estrella parecida al Sol, se asemeja a la de nuestro planeta. La estrella anfitriona de Kepler-22b pertenece a la misma clase que nuestro Sol (es una estrella de tipo G), a pesar de que es algo más pequeña y más fría.
La nave espacial Kepler facilita el descubrimiento de planetas y de candidatos a ser considerados planetas mediante la medición de la disminución de la luminosidad de más de 150.000 estrellas con el fin de buscar planetas que las cruzan o «transitan». Para verificar que la señal detectada proviene de un planeta, Kepler requiere, al menos, tres tránsitos.
«La fortuna nos sonrió con la detección de este planeta», dijo William Borucki, quien es el investigador principal de Kepler en el Centro de Investigaciones Ames, de la NASA, ubicado en Moffett Field, California. Borucki fue quien dirigió el equipo de científicos que realizó el descubrimiento de Kepler-22b. «El primer tránsito fue captado a solo tres días de que declaramos a la nave espacial lista para operar. Durante la temporada de las fiestas, en el año 2010, fuimos testigos del tercer tránsito, que resultó determinante».
El equipo de científicos de la misión Kepler utiliza telescopios en la Tierra, así como también el Telescopio Espacial Spitzer, con el fin de revisar aquellas observaciones obtenidas por la nave espacial sobre los candidatos a ser considerados planetas. El campo estelar que observa Kepler en las constelaciones Cygnus (el Cisne) y Lyra (Lira) solamente puede verse desde observatorios en tierra, durante la primavera hasta principios del otoño. Los datos del resto de las observaciones ayudan a determinar cuáles son los candidatos que pueden ser considerados planetas.