El 31 de julio del 2003 la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó en Ginebra Suiza que se había contenido el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo). Se rompió la cadena humana de infección y sólo quedaban 200 enfermos hospitalizados alrededor del mundo; al final, habían contraído la enfermedad 8,098 personas y 774 habían muerto.
El virus del SARS se originó en la provincia de Cantón, donde se detectó en noviembre del 2002. De ahí, se propagó primero a Hong Kong y Vietnam y después se esparció por todo el mundo.
El 15 de marzo de 2003, la OMS anunció una alerta mundial, seguida por una alerta sanitaria de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC en inglés) de los Estados Unidos.
En los primeros días de abril de 2003, el SARS comenzó a recibir una mayor atención en los medios oficiales chinos, pero también por esas fechas se hicieron publicas las acusaciones de subregistro de la enfermedad al no contabilizar los casos atendidos en los hospitales militares de Pekín.
Al 15 de abril de 2003 la OMS reconoció 3.235 casos divulgados y 154 fallecidos. La OMS anunció que hasta esa fecha la transmisión local del SARS había ocurrido en Toronto, Singapur, Hanói, Taiwán, y las regiones chinas de Cantón, Hong Kong, y Shanx.
Después de una intensa presión, los funcionarios chinos permitieron que funcionarios internacionales investigaran la situación. A finales de abril del 2003 el gobierno chino admitió haber reportado un menor número de casos que los existentes, y lo atribuyó a problemas estadísticos de su sistema de salud, tras haber ocultado el brote hasta que alcanzó escala internacional.
Con esa presión internacional y el creciente numero de casos que se presentaban en China, el gobierno de ese país decide cerrar todas las escuelas el 23 de abril de 2003.
Tras haber ocultado el brote hasta que alcanzó escala internacional, dos importantes funcionarios chinos fueron destituidos y los sistemas se adaptaron para mejorar la divulgación y control en la crisis del SARS.
Desde entonces, China tomó un papel mucho más activo y transparente en el combate de la epidemia del SARS.
Así el 19 de enero de 2004 China anuncia su decisión de buscar nuevas armas para luchar contra la neumonía atípica, probando en seres humanos una vacuna doméstica contra el SRAS, luego de que se realizaron diversas pruebas en animales, entre ellos monos, para combatir la epidemia que asola el país.
Estudios publicados el 30 de octubre del 2013 en la versión en línea de la revista Nature, confirmaron una investigación de 2005 según la cual los murciélagos son huéspedes naturales para los coronavirus de tipos estrechamente relacionados con el SARS. El grupo, liderado por el científico chino Shi Zhengli, del Instituto de Virología de Hunan, subordinado a la Academia de Ciencias de China (ACCh), aisló dos coronavirus similares al SARS a partir de murciélagos originarios de la provincia suroccidental china de Yunnan, de la especie Rhinolophus rouxii. Los dos nuevos coronavirus aislados están mucho más estrechamente relacionados con el del SARS que los anteriormente identificados, y pueden infectar células humanas, de cerdo y de mono, dijeron los investigadores.
El virus del SARS se cobró la vida de unas 800 personas durante 2002 y 2003. Anteriormente se creía que el origen del virus eran las civetas (mamíferos carnívoros y omnívoros) vendidas en mercados de animales, pero las pruebas sugerían lo contrario.