El paleoantropólogo Yohannes Haile-Selassie del Museo de Historia Natural de Cleveland, anunció que habían encontrado seis dientes fósiles en el desierto de Etiopía, los cuales al analizarlos con su equipo determinaron que tienen una antigüedad de alrededor de 5,8 millones de años , por lo cual determinan que corresponden a un homínido conocido como “Ardipithecus kadabba”, que fue uno de los primeros que aparecieron luego que las líneas del mono y del hombre se separaron, hace entre seis y ocho millones de años.
El antropólogo canadiense de la Universidad de Toronto David R. Begún, cuestionó esta interpretación y dijo que se necesitarían más fósiles para resolver este problema.
El trabajo fue publicado en la revista Science, donde se apunta que ésta especie es con seguridad un eslabón en la transición de los chimpancés al Ardipithecus ramidus, las posteriores especies de australopitecos y las primeras especies de nuestro genero Homo.
Tim White, Gen Suwa y Yohannes Haile-Sellassie, de las Universidades de California, Tokio y Museo de Historia Natural de Cleveland, respectivamente, hallaron los seis dientes en noviembre de 2002 en la región de Awash. En esas piezas dentales se aprecian rasgos muy primitivos que probablemente existieron en el último ancestro común de los primates y los humanos. La característica más acusada es la disposición de sus grandes y afilados dientes caninos sobre los premolares inferiores,un rasgo que se detecta en la dentición de los primates, pero no en homínidos.
El clima es hoy completamente distinto en esa región etíope, ahora semidesértica y deshabitada. Pero entonces se encontraba a mayor altitud sobre el nivel del mar, una circunstancia que resultó drásticamente modificada por una cadena de erupciones volcánicas y terremotos. En el mismo yacimiento donde se recuperaron los seis dientes de esta especie también se han encontrado dos mil fósiles de animales que corresponden a sesenta mamíferos diferentes, como elefantes primitivos, caballos, rinocerontes, ratas y monos. Para fijar la antigüedad de todos esos fósiles, los científicos midieron la cantidad de gas argón contenido en las rocas volcánicas situadas justo encima de los sedimentos donde se hallaron los restos, un sistema de datación considerado muy fiable.